Este 22 de junio de 2015, escribe Graciano Palomo en El Plural una columna titulada ‘¿Miedo? Sí miedo’ en la que arranca diciendo:
Una de las cosas que más me llamaron la atención de la charla que nos dio la señora alcaldesa Carmena durante su toma de posesión de la inmortal y muy sucia ciudad de Madrid fue que había constatado que había «miedo» y que, en efecto, este temor se lo habían trasladado mucha gente.
Añade que:
Dentro de unos meses, seguro, la señora Carmena será para los radicales de ultraizquierda una «facha» vendida al oro de los especuladores de la «Operación Chamartín». Ya dejó escrito Lenin que el radicalismo es la enfermedad infantil del comunismo. Para otros seguirá siendo lo que ahora mismo piensan de ella: una comunista peligrosa y a extinguir políticamente.
Y concluye que:
Pero miedo, NO. Si el miedo se confirma y aún se extiende la gente de mi generación tendremos que coincidir en que cuarenta años de democracia, que lo ha sido y es, no habrá servido para nada.Todavía nos llevaría a sumergirnos más en la desesperación y la melancolía. ¡No sería nada justo!
