Este 23 de junio de 2015, escribe Carlos Carnicero en Europa Press una columna titulada ‘El PP estrena chapa y pintura’ en la que arranca diciendo:
Al comprar un coche usado no hay que dejarse engañar por la chapa y la pintura; tampoco por el pulido de las llantas o los neumáticos brillantes de cera. Lo importante no se percibe a simple vista. El motor, los frenos, la suspensión y la caja de cambios requieren rodaje para demostrar su idoneidad.
Añade que:
Mariano Rajoy no es capaz de cambiar el motor del PP porque su estado natural es la indolencia del estatismo. Se fía de lo que es y de lo que tiene, independientemente de que se enciendan los testigos de los mecanismos vitales de la maquinaria del partido y del gobierno. Se limita a mandar el partido al chapista, para que le pase la mano y pueda vender mejor una mercancía inalterable. No hay reformas sino remedos.
Y concluye que:
Ahora a Moragas le toca cocinar y a Casado buscar hueco en las plazas públicas. No calla, como los antiguos vendedores ambulantes. Como ellos quiere colocar una olla exprés a quien buscaba un par de medias. Ahora es más difícil que antes porque la peña maneja mucha información. Pero no importa, seguirán queriendo vender su coche usado aunque por dentro no funcione. La chapa y la pintura están remozadas.
