Julia Navarro

«La prueba de la hemeroteca»

No conozco a ningún político que pueda salir airoso de la prueba de la hemeroteca. Todos, absolutamente todos, donde antes decían «a» luego han dicho o hecho «b» sin inmutarse por aquello de que las circunstancias mandan.

De la misma manera que no conozco a ningún político, sea del color que sea, que no sea benévolo y justifique las faltas de su partido pero se muestre implacable con el contrario.

Así que no me ha impresionado el rifirrafe entre Mariano Rajoy y Oscar López, portavoz socialista en el Senado. López reprochaba a Rajoy los casos de corrupción del PP, Bárcenas incluido y recibía como respuesta del presidente la lectura de unas declaraciones de Pedro Sánchez de antes de las elecciones municipales en las que este ponía a «caldo» a Podemos y aseguraba que no pactaría con ellos.

Es verdad, Sánchez a pesar de llevar muy poco tiempo como líder del PSOE ya no pasaría la prueba del algodón de la hemeroteca, pero Rajoy tampoco. Después del 24 de mayo, los populares han cultivado a Albert Rivera y a Ciudadanos buscando su apoyo para gobernar ayuntamientos y comunidades. Sí, a Rivera, del que poco antes casi se reían llamándole Nenuco. Y ya puestos podríamos buscar las declaraciones de Rajoy de hace tres años en que aseguraba que no subiría impuestos o que no metería mano a las prestaciones sociales, comprobamos de inmediato que en cuanto ganó las elecciones hizo lo contrario de lo que había prometido igual que Pedro Sánchez ha hecho, en su caso pactando con Podemos.

Así las cosas Rajoy le va a hacer un favor a Pedro Sánchez de la misma manera que Esperanza Aguirre se lo hizo a Manuela Carmena

convirtiéndola en su única antagonista. Rajoy ha elevado a Pedro Sánchez a la categoría de su principal antagonista porque sabe que es quien puede desplazar al PP del poder. Y sí, para qué engañarse, es obvio que en caso de que las matemáticas electorales lo demanden, el PSOE no tendría inconveniente en aliarse con Podemos.

Quizá los ciudadanos somos demasiados benévolos perdonando a los lideres políticos que donde decían «digo» digan «diego», pero esto viene siendo así, que por eso se les pasa factura en las urnas, al menos hasta ahora.

De la misma manera que los populares ya no arremeten contra Ciudadanos porque les pueden necesitar, los socialistas también han rebajado y casi suprimido sus críticas a Podemos por si acaso les necesitan para gobernar.

Este es el juego que se traen los unos y los otros y a estas alturas no caben engaños, pero intentar hacer oposición tirando de hemeroteca o recordando por milésima vez a Bárcenas, empieza a resultar un poco pesado. Claro que me temo que estos manidos argumentos son los que van a predominar de ahora en adelante y es que, por si alguien no se ha dado cuenta, ya ha empezado la campaña para las generales. Uf, que pereza otra campaña escuchando simplezas de los unos y los otros.

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