He dudado en hacer públicas estas líneas aún tras haberlas escrito, pero finalmente creo que eran necesarias para evitar incluso peores versiones. No me gusta en absoluto el trasladar a mis bitácoras asuntos privados y personales, excepto cuando son motivo de recreación literaria como cuando iba pergeñando «El sonido de la Tierra», pero este influye en mi actividad periodística y pública y por ello me decido.
El pasado 2 de julio decidí someterme a una operación para elininar los rastros cada vez más molestos e incluso peligrosos de una vieja lesión durante una doble expedición Camel Trophy- Ruta Quetzal (2000) que me produjo un trombo en la parte inferior de la pierna derecha, de cuya gravedad me percaté al regresar a España cuando ya se había disuelto. Como secuela me quedaron hinchazones, necesidad, casi nunca atendida, de medias de compresión, que no fueron muy molestas excepto al llegar este año que se agravaron.
La operacion fue un éxito. A la semana sin vendas, y a las dos, sin puntos. Recuperé mi actividad normal en tertulias y hasta me acerque a un curso de verano a Burgos y a una maravillosa visita a Atapuerca, el sábado dia 11. Protocolos de anticoagulantes esmeradamente cumplidos y revisiones que daban inmejorable evolución.
Pues bien, la noche del martes de la semana pasada, coemncé a sentirme mal, algún dolor en el costado y molestias al dormir. Lo achaqué al calor brutal de esos días. El miercoles acudí al debate de Al Rojo Vivo y al finalizar en algún momento se me entrocorto la voz al acabar una frase por un pinchazo de dolor. Pense en alguna contractura. Comí, me tomé un calmante antiinflafatorio, eché una sieta y me desperté aparentemente recuperado. Por la noche regresaron las molestias, que se convirtieron en dolores cada vez mas insufribles,sobre todo al hacer inspiraciones profundas y a imposibilidad de dormir en cualquier postura. A las 2 de la madrugada del miercoles al jueves estaba en urgencias. A las 3 con oxígeno, suero en vena e ingresado en planta tras haberme realizado varias analíticas. Ya me indicaron que podía tener algún coágulo en un pulmón.
Por la mañana, sin embargo, estaba fresco como una lechuga, respiraba con total profundidad y sin dolor alguno, había dormido como un lirón y me decía que todo había sido una alarma injustificada. Pero el TAC, una máquina que te ve hasta los pecados de pensamiento, cantó la verdad.
He sufrido un cuadro clínico cuyo nombre da miedo, un trombo, una embolia pulmonar, pero cuya realidad ha sido luego algo, bastante, menos. Dentro de una patologia grave, el asunto es de de los menores. Lo coágulos, uno minúsculo y casi inapreciable por el izquierdo, el del derecho tambien reducido y que no llegó a obturar del todo el flujo sanguineo en proceso tambien de disolución. Pero ahí estaban y lo mismo de haber hecho el «Siete Machos» y haberme automedicado y camuflado dolores podía haber andado unos dias arrastrado y luego irme recuperando sin haber tendido conciencia de lo que me había pasado ¡como hace 15 años!, o bien haber acabado de mala manera, a escape a la UVI o quizas a peor sitio.
Lo cierto es que hoy domingo, y tras 4 dias en el Hospital de Sanchinarro, perfectamente atendido, tenemos la mejor sanidad del mundo, y tratado me confirman ya el alta para mañana lunes. Deberé seguir medicación durante un tiempo, habrá mas analisis y revisiones pero de inmediato podré hacer vida absolutamente normal. Incluso la mia.
Pero yo por mi lado he decidido algunas cosas.La primera es adelantar ya el descanso que falta me hace desde hace mucho tiempo. Hasta septiembre adios a debates y tertulias. Campo, monte y mi nueva novela. No se admiten ni pregones de fiestas.
Solo temía por un compromiso, que es para mi privilegio y honor, y fue mi primera pregunta al ingresar. La presentación en Alicante el jueves del Sorteo de la Cruz Roja. Ya me adelantaron los doctores que no habría problema para cumplirlo y es lo que el próximo día 23 cumpliré más que encantado. Porque ese oro de la Cruz Roja es el más soldario del mundo, el que más vidas salva y al que más gente ayuda. Será mi último acto antes de plegar definitivamente la temporada. Escribir seguiré haciéndolo. Y colgandolo aquí de vez en cuando. Pero eso es puro relajo. Lo que sería castigo y estres sería el no poder hacerlo. Estoy deseando, es la verdad, comenzar mes completo de naturaleza y literatura.
PD A algunos de mis compañeros, periódistas, amigosy hasta parentela, que se han enterado por otras fuentes mis disculpas. Pero que entiendan que yo andaba en «otras cosas».