Este martes 21 de julio 2015 Antonio Gala titula ‘De Mas y menos‘ su columna en El Mundo que arranca así:
Parece que Cataluña tiene el encargo -o el compromiso- de mover el asunto cuando sobreviene un trance de aburrida quietud. Sin ir más lejos, ahora. Resultan ya cómicos tanto su jefe político cuanto la monotonía de sus discursos (que, por desgracia, también se producen, para hacer mirar a otra parte, en la reiteración contumaz de los Oriol, por ejemplo).
Añade:
Ahora están meditando, al parecer, unos cuantos en separarse; otros, en permanecer un poco más, para lo que no tendrían que buscar pretextos. Yo reconozco que España resulta aburrida desde hace bastante tiempo y bastantes gerifaltes (desde Javier Solana a la cabeza de la OTAN). No me extraña que alguien desee animarla.
Finaliza:
¿Cuánto le ha costado a Cuba superar su extraña manera de querer divertirse a la fuerza? Las piezas, aunque no sean tristes, pueden resultarlo. Que Cataluña tenga cuidado con su Jefe. Cuanto antes se lo quite de encima -a él y a los pertinaces-, antes se animará. Y eso influirá en todos.