Antonio Casado

La cifra y la trampa.

Al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le ha caído del cielo un regalo electoral en forma de números cosidos a la EPA del segundo trimestre del año en curso. Y perdón por la metáfora, porque ya sabemos que en política nadie regala nada, pero es una forma de referirme a un potente argumento a disposición del Gobierno en vísperas de unas elecciones generales. A saber: Rajoy ya ha conseguido el objetivo de terminar la Legislatura con menos paro que el heredado de su antecesor en Moncloa, el socialista Rodríguez Zapatero.

Cierto. Los números cantan medio millón de parados menos que a principios de 2012, más personas ocupadas y más afiliados a la Seguridad Social. Pero también cantan que, desde que se produjo el relevo en Moncloa (diciembre 2011), hay 350. 000 personas menos trabajando (población ocupada), bajó el poder adquisitivo de los españoles en casi 1.300 euros per cápita, el fondo de Reserva de la Seguridad Social perdió 22.000 millones de euros en estos tres años largos y hay un millón más de parados de solemnidad (más de dos años en paro).

Véase como las cifras nos pueden jugar una malas pasadas a la hora de echar campanas al vuelo en nombre de la recuperación económica y la creación de empleo, los dos argumentos del canto oficial ante las elecciones generales de finales de año (apunten ustedes la fecha del domingo 13 de diciembre). Por eso digo que tiene trampa este regado preelectoral que le ha permitido declarar a Mariano Rajoy: «Antes liderábamos la creación de de paro y ahora lideramos la creación de empleo».

La trampa está en la tentación triunfalista de Moncloa. La euforia mostrada después de conocer la EPA (Encuesta de Población Activa) correspondiente al segundo trimestre del año puede ser ofensiva para los damnificados de que España sea el segundo país con más paro de Europa, por detrás de Grecia. Lo viene a señalar Alfredo Pérez Rubalcaba en un artículo publicado el lunes en un periódico de tirada nacional («Es la ideología»). Dice el ex secretario general del PSOE que «cuánto más alto gritan ¡recuperación! los dirigentes del PP, tanto más se irritan los muchos ciudadanos que siguen sufriendo las consecuencias de esta terrible crisis». Tiene razón. Basta echar un vistazo al mapa de la miseria, cuya cifra global nos remite a los 731.000 hogares españoles en los que no entró ningún tipo de ingreso durante el año 2014, según las propias cifras del Gobierno.

Volviendo a las cifras de la EPA del último trimestre, ya sabemos que entre abril y junio se crearon 411.800 puestos de trabajo. Pero cantidad no es calidad, si tenemos en cuenta que tres de cada cuatro son temporales. Y que, según el último informe Foessa (Cáritas), el 15% de los excluidos socialmente en España tienen trabajo. También sabemos que, para la Comisión Europea, tener un empleo en España no es garantía frente a la pobreza («Informe sobre la situación social en Europa»).

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