Un okupa es un concejal del gobierno del ayuntamiento de Madrid o de Barcelona o de cualquier sitio donde hayan «asaltado los cielos» que con su colega el diputado de la Asamblea se va a un local que han tomado por las bravas y donde se dan mitines los unos a los otros y se ponen tibios de cerveza.
Un okupa es un muchacho ya talludito que vive a cuerpo de rey en casita de sus padres, burgueses muy liberales, que no ha pegado un sello en su vida, y se ha educado a costa de una sociedad, de la que abomina, que paga los impuestos para que a él le haya resultado todo muy gratuito, o casi.
Un okupa es alguien que se considera muy de izquierdas y a todos los demás fachas y que tras establecer sesudas discusiones de como cambiar el mundo, aprovechar si puede para ligar un poco con las compañeras-camaradas, hacer unos cortos que seguro que logra que le subvencionen y que no vera ni la peña propia.
Un okupa tiene casa, comida, cena y cama pero que asalta para sus cosas y con los colegas un local que es de otros y se apodera de él, porque los otros son unos capitalistas asquerosos.
Eso es ahora un okupa. Esos son en su inmensa mayoria esos okulas que ahora vemos triunfantes en ayuntamientos y asambleas y a los que Carmena y Colau para que no tengan que esforzarse va a dar locales y que allí hagan sus pintadas y sus cosas.
Otra cosa es la gente que no tiene hogar. Otra cosa es un desahuciado de los que de verdad han perdido su casa. Otra cosa es un sin techo. Pero ellos y para ellos mi solidaridad completa y total, son otra cosa. Nada que ver con estos. Aunque estos hagan todo para confundirse con ellos y confundirnos a todos.
Esto de los okupas sirve con matices para muchos otros géneros seudorevolucionarios. Por ejemplo los antisistema que viven y parasitan el sistema como nadie y mas que nadie. O los antiglobalización que recorren el mundo de manifestación en manifestación y no cruzan ni los continentes ni los océanos precisamente en patinete. Son antiglobalización con muchos medios y la mar de recursos económicos.
Uno se sorprende que en estos nuevos arcangeles de la izquierda no parece un obrero ni de casualidad. Uno mira la cúpula directiva de Podemos, por no ir más lejos, y resulta que allí no hay uno solo ni que tenga un callo, ni que haya doblado el espinazo, apretado una tuerca o labrado un campo. Que no digo yo que hayan de ser todos obreros, campesinos y clases operarias. Pero , hombre ¡profesores de ciencias politicas todos!, pues tampoco. Vamos que un obrero y un pobre o lo que se ha llamado de siempre un pobre, pues no hay ni para muestra.
Yo se que esto que digo es algo que sonará a todos ellos a muy antiguo. A ellos lo que de toda la vida se ha llamado izquierda también les suena a muy antigualla. En realidad a ellos todos los demas les parecemos unos desfasados prescindibles y extirpables.
Pues fíjense que cosas, a mi lo que me parece es que son ellos unos viejunos adolescentes que pretenden seguir en el absolutismo de las verdades absolutas que solo en la adolescencia se creen a pies juntillas e imponerlo a todos. Aunque eso si, colocando ellos a la novia, al novio, al cuñado y al sobrino. Sin distinción de sexos, claro.
