Rafael Torres

Imite la Justicia a Irene, y pase del tal Zapata y Carmena, por decoro, que le destituya de una santa vez

Imite la Justicia a Irene, y pase del tal Zapata y Carmena, por decoro, que le destituya de una santa vez
Rafael Torres. PD

Titula Rafael Torres su columna de este 7 de octubre de 2015 «De Matanzo a Zapata» y va de las desgracias que periópdicamente parecen abatirse sobre el Ayuntamiento de Madrid:

Si en el Ayuntamiento de Madrid hubo un concejal como Angel Matanzo, no puede sorprender exageradamente que haya uno como Guillermo Zapata. En cierto sentido, ambos, cada uno con sus horribles temas, son producto de la parte más chunga de lo que uno llamaría democracia a ciegas, pues a ciegas, sin saber a quién, vota el elector una lista cerrada.

Sin embargo, tampoco se puede descartar que haya gente que, por un prurito de identificación y hasta de admiración, pudiera elegir conscientemente a personas como Matanzo o Zapata para cargos públicos. De hecho, Madrid, España, Europa, el mundo, están llenos de criaturas como esas, o muy parecidas a esas.

Ahí tenemos, conviviendo con el monumental atasco de tráfico por las cuatro gotas caídas, el atasco del «caso Zapata». El todavía concejal-presidente de varios distritos madrileños, pero que en su día fue también designado para ocuparse de la concejalía ¡de Cultura!, vuelve a sentir el inquietante aliento de los tribunales por aquellos «tuits» que desvelaban su escalofriante sentido del humor.

Sobreseído o archivado judicialmente el asunto por Pedraz, el caso resucita y vuelve a la Audiencia Nacional, pese a que una de las principales víctimas de aquellos chistes demenciados y crueles, que ya lo fue en su adolescencia de las bombas de ETA, Irene Villa, haya expresado no sólo su perdón, sino su indiferencia.

La distancia moral a la que se halla Irene de Zapata explica esa indiferencia, que tiene también su poco de la auto-medicina que la muchacha ha acertado a prescribirse para salir adelante, espléndida y alegre, en la vida.

Uno sabe lo que es Guillermo Zapato, y podría expresarlo con una sola palabra, pero no lo expreso porque no hace falta. Pero también sabe uno quién es y cómo es Irene Villa, con la que trabajé en la radio y a la que traté lo suficiente (basta un minuto) para admirar su encanto y su limpieza de alma.

¿Es necesario seguir mareando judicialmente la perdiz de aquellos «tuits» de falto?

Imite la Justicia a Irene, y pase del tal Zapata. Y Carmena, por decoro, que le destituya de una santa vez.

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