Editorial de 'La Razón'

Lo que no estaba previsto en la irrupción de estas formaciones izquierdistas es que contaría con el apoyo del PSOE

Lo que no estaba previsto en la irrupción de estas formaciones izquierdistas es que contaría con el apoyo del PSOE

Titula ‘La Razón’ su editorial de este 10 de octubre de 2015 «El déficit democrático de la «nueva izquierda» que apoya el PSOE» y reflexiona sobre los pactos y apaños que los socialistas han urdido en media España y están preparando para después de las elecciones generales de finales de año:

Se han cumplido los primeros cien días de la constitución de los ayuntamientos tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo.

La llegada a los ayuntamientos de Madrid, Barcelona, Valencia, Cádiz o La Coruña de candidaturas que enarbolaban la bandera de una «nueva izquierda» y el fin del «régimen del 78» ha puesto en evidencia que no pueden arrogarse la exclusividad de la regeneración política, ni mucho menos de ser los defensores de las esencias democráticas.

Y sigue:

Tampoco han hecho alarde de eficacia en su gestión, mientras el día a día al frente de una institución tan compleja como un ayuntamiento en una gran ciudad les está devolviendo la imagen de unos gobernantes que esconden sus propias carencias en un populismo que promete lo que es imposible cumplir, pero que es adornado con una demagogia propia del caudillismo que tanto elogian en otras latitudes.

Añade:

Hay que mirar el caso de Ada Colau, que más que una alcaldesa sigue siendo una activista social con aspiraciones de líder global. Esta «nueva izquierda» recoge los lemas y actitudes de la ortodoxia leninista, como utilizar las instituciones para aplicar programas altamente ideologizados y estigmatizar a la oposición como una fuerza que entorpece sus proyectos.

Continua:

Siguiendo la tradición de la izquierda de antes de la caída del Muro de Berlín, creen que la autodeterminación es una reivindicación que debe homologar a cualquier izquierdista que se precie, aunque suponga alianzas con fuerzas nacionalistas reaccionarias y contrarias, por ejemplo, a la Unión Europea. No en balde, en esto coinciden con los nuevos partidos xenófobos europeos.

Y concluye:

Lo que no estaba previsto en la irrupción de estas formaciones izquierdistas es que contaría con el apoyo del PSOE para arrebatar a los populares algunos ayuntamientos. Los socialistas deben recuperar su espacio e impedir que estas fuerzas accedan a gobiernos con la intención de aplicar programas que están más allá de la realidad.

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