Jaime González pone en ABC este 23 de octubre de 2015 de vuelta y media a un Pedro Sánchez que trata de vender como nuevo un producto como su programa económico que llevaba más tiempo precocinado que las palomitas de maíz:
El «periódico global» abrió ayer su portada con el programa económico del PSOE. Las exclusivas -como la tierra, que diría Emiliano Zapata- son de quien las trabaja. Cuando te pisan una información tan relevante, lo más noble es felicitar al rival e invitarle a seguir profundizando en el periodismo de anticipación, la clave de la supervivencia de un oficio que -de un tiempo a esta parte- abusa demasiado de los precocinados.
Añade:
El papel de Pedro Sánchez consistió ayer en releer en alto la información que el «periódico global» había conseguido en voz baja, tras arduas negociaciones con el mensajero. No lo hizo mal del todo el secretario general, aunque se limitara a hacer de pregonero. Al fin y al cabo, dijo lo que el «periódico global» dijo que diría. O lo que el «periódico global» le dijo que dijera. O lo que Pedro Sánchez le dijo que dijera al «periódico global» para poder decir «no tengo más que decir».
Detalla que:
Como no es cuestión de perderse en minucias formales, lo mejor es ir al grano. Si lo hubiera, porque el grano del programa económico del PSOE está más inflado que el maíz de las palomitas. Sánchez recuperará el impuesto sobre el patrimonio que eliminó Zapatero por considerar que perjudicaba a las clases medias y subirá los impuestos a las grandes empresas, medida que el socialismo incluye por defecto en todos sus programas electorales desde el comienzo de la democracia, pero no ha terminado nunca de llevar a puerto.
Explica:
La lucha contra el fraude es otro de sus grandes pilares. Como en las elecciones de 1977, 1979, 1982, 1986, 1989, 1993, 1996, 2000, 2004, 2008 y 2011. Sin duda, un pilar de peso muerto con el que Pedro Sánchez vuelve a sorprender por su audacia.
Y sentencia que las propuestas económicas del PSOE son tan previsibles como viejunas:
Los programas económicos del PSOE son tan previsibles como el nuevo periodismo de anticipación. Abusan demasiado de los precocinados. Al menos, podría haber aderezado al plato. En materia económica, el socialismo presume de «socialdemocracia, modernización y reformismo». O sea, grano inflado. Palomitas de maíz. Alberto Chicote lo diría a su estilo: «¡Estas tablas de cortar son tan antiguas que fueron usadas para rodar cabezas durante la Revolución Francesa!».