Juan Pablo Colmenarejo

Los que dan por gastada la piel de rinoceronte que luce Rajoy van a tener que esperar

Los que dan por gastada la piel de rinoceronte que luce Rajoy van a tener que esperar
Juan Pablo Colmenarejo.

En ABC, Juan Pablo Colmenarejo habla sobre los tiempos de Mariano Rajoy y advierte que en esta ocasión, la de cerrar las listas electorales en cada provincia, no va a diferir de oportunidades anteriores, que él las cerrará cuando tenga a bien hacerlo:

La campaña electoral que empieza mañana tras la disolución del Parlamento con la convocatoria de elecciones para el 20 de diciembre se va hacer larga para casi todo el mundo menos para el presidente Rajoy, que viene agotando los plazos hasta la pérdida del conocimiento de todos aquellos que viven con ansiedad saber si les toca o no acariciar la piel del poder. Desde hace meses el domingo 20-D está en el plan del presidente, al considerar la fecha muy pegada a la Navidad el comienzo de unos días en los que se puede saborear si la recuperación económica alcanza a más capas de la sociedad española o no.

Precisa que:

Ponerse a hacer interpretaciones de la manera de actuar de Rajoy es una pérdida de tiempo notable cuatro años después de llevar hasta el límite de la paciencia algunas de las decisiones que a cualquier otro le generarían un nerviosismo necesario de tratamiento médico. Esa manera de templar no es ni siquiera torera. O lo aceptas o te pones a escribir un desahogo público mandando a esparragar a quien entiende la política como el arte de dejar que buena parte de los problemas se resuelvan por agotamiento e inanición y no con alboroto o escándalo.

Cuanto más le pidan a Rajoy que cierre las candidaturas al Congreso de los Diputados, más acercará la resolución del reparto del presumible recorte de escaños para el PP al borde la fecha legal prevista. Una legislatura de Rajoy se antoja corta para entender que mide el tiempo de cocción sin echar un vistazo al reloj, con plena confianza y seguridad en que el arroz no se le va a pasar. Y en ello está, para que no le ocurra esta vez tras los avisos de los últimos meses en las urnas. Hace cuatro años apenas había pollo para echarle a la paella. Ahora Rajoy puede incluso adornarse durante la preparación con algún que otro ingrediente que le dé un poco más de alegría de la que había cuando Zapatero dejó migas y un par de raspas. Rajoy se va a enfrentar solo al resto.

Finaliza asegurando que dentro del PP hay quien le puede ajustar las cuentas después de las Navidades:

Y entre los que tiene al otro lado del cuadrilátero se incluyen algunos de los suyos que solo piensan echarle una mano al cuello para ver si se asfixia de una vez. Los que dan por gastada la piel de rinoceronte que luce Rajoy van a tener que esperar por lo menos hasta finales de enero, cuando llegue la sesión de investidura. Entonces sabremos si el arroz está en su punto o se ha pasado como dicen las encuestas.

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