Amador G. Ayora

Pedro Sánchez no tiene bastante con las dos tardes de lecciones sobre economía de Jordi Sevilla

Pedro Sánchez no tiene bastante con las dos tardes de lecciones sobre economía de Jordi Sevilla
Amador G. Ayora. PD

Titula Amador G. Ayora su columna en ‘El Economista’ este 25 de octubre de 2015 «El ‘mundo feliz’ de Pedro Sánchez» y la dedica a desnudar las carecias, frivolidades y contradicciónes del líder del PSOE, en esta campaña electoral:

  • Esta semana tuve la oportunidad de moderar un debate entre los representantes de los principales partidos políticos sobre la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad. Una iniciativa que, según la plataforma Piina, tendría un coste cercano a los 1.000 millones anuales. La propuesta mejoraría la conciliación familiar y la tasa de natalidad, una de las más bajas de Europa. La cuestión es si la Seguridad Social, con un déficit próximo al 1 por ciento anual, alrededor de 10.000 millones de euros, puede asumir este gasto.
  • Con excepción del Partido Popular, que propone aplicarlo «cuando las circunstancias económicas lo permitan», las demás formaciones realizaron una defensa cerrada, aunque fue imposible concretar un compromiso sobre su entrada en vigor en el futuro.
  • Eduardo Garzón, de Izquierda Unida, propuso que para sufragarlo el Estado deje de pagar parte de los intereses de la deuda (alrededor de 25.000 millones anuales). Para Garzón, el dinero de los intereses va a financiar a «la banca y a la élite financiera», que ya nadan en la abundancia. Si la solución de Garzón llegara a aplicarse, el desempleo subiría a tasas estratosféricas, la inversión huiría y la economía se colapsaría, como ya ocurrió en Grecia en vísperas del rescate.
  • Para la secretaria de Empleo del PSOE, Mari Luz Rodríguez, el problema de la Seguridad Social está en el empleo precario creado en esta legislatura por Mariano Rajoy y en la falta de una política propicia para generar puestos de trabajo de calidad y sostenibles en el tiempo. Me quedé con ganas de preguntarle por qué no aplicó su fórmula magistral en su etapa como secretaria de Estado de Empleo, entre 2010 y 2012, con el último Gobierno Zapatero, que destruyó alrededor de dos millones de empleos.
  • La explicación del mundo feliz dibujado por Mari Luz Rodríguez está en el programa para las generales que comenzó a desgranar Pedro Sánchez. El líder socialista promete crear millones de empleos con sólo agilizar el papeleo y las trabas burocráticas y tributarias de las pequeñas y medianas empresas, así como mediante el fomento de la inversión en I+D. Con ello asegura que impulsará «los sectores industriales y de alto valor añadido». Olvida Sánchez que las pymes producen un empleo mucho más precario y barato que las grandes y que la inversión en investigación y desarrollo solo da frutos a medio y largo plazo. El empleo industrial, otra de sus promesas, está en el alero, debido a la caída de los precios en materias primas.
  • Esta semana, el grupo indio Tata redujo 1.200 empleos en sus instalaciones de producción de aluminio del Reino Unido y advirtió de que la industria europea de este sector puede desaparecer en breve. La causa es China. El gigante amarillo produce 811 millones de toneladas anuales, más que todo el resto del mundo junto. El consumo chino de este material se redujo alrededor de 80 millones de toneladas, con lo que se ve forzado a inundar el planeta de aluminio a precios tirados. En concreto, sus exportaciones crecen al ritmo del 30 por ciento y tiene muchas fábricas saturadas de material sobrante. Es el negro panorama que se cierne también para los productores de acero, hierro, cobre, etc. En España, Alcoa puede dar la estampida en cualquier momento.
  • No sé si Sánchez no tiene bastante con las dos tardes de lecciones sobre economía de Jordi Sevilla o es que no quiere enterarse de los riesgos que acechan a la economía global. Para animar a las grandes empresas, las únicas que pueden funcionar como tractoras del resto, Sánchez defiende una subida adicional de los impuestos, tanto a las corporaciones como a sus propietarios.
  • Ni la reinstauración del Impuesto de Patrimonio, que representa una cantidad mísera de recaudación, ni el alza de las presion fiscal a los denominados ricos van a solventar el problema fiscal. Si acaso, lo agravará, porque estas personas tienen facilidad para cambiar la tributación de país, al igual que ocurre con las grandes sociedades. Sólo tiene que echar un vistazo al resultado de la política fiscal de François Hollande en Francia.
  • Me dio pena ver cómo Sánchez se alió con los populistas con tal de llegar al poder de ayuntamientos y autonomías. Pero aún me produce mayor sonrojo comprobar que quiera arreglar el país con una subida de impuestos a las clases medias y altas. La única manera de alcanzar el 1 por ciento de déficit público que promete es reducir la estructura de gasto de las varias Administraciones Públicas, de la que no se menciona ni palabra.
  • Aldous Huxley dividía el mundo del futuro en la novela que publicó 1932 entre los Alfas y el resto de la población (Betas, Gammas, Deltas…). Los ciudadanos Alfas son inteligentes, altos y musculosos; los Epsilons son bajos, tontos o feos. Sánchez debe de pensar que todos somos Epsilons, a los que puede moldear a su gusto para que aceptemos un montón de ideas trasnochadas e irreales.

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