Jaime González

Ahora «Nos une Pedro» es el club de fans del secretario general del PSOE

Ahora «Nos une Pedro» es el club de fans del secretario general del PSOE
Jaime González. PD

¿Qué le pasa al socialismo español que los palanganeros de turno no han querido dejarse ver en la foto de apoyo a Pedro Sánchez? La presentación en sociedad de la plataforma ‘Nos une Pedro’, un calco similar a aquella PAZ, Plataforma de Apoyo a Zapatero, se ha quedado en algo descafeinado, sin apoyos mediáticos como estos artistas que siempre han poseído un fino olfato para sus causas (y caja) particulares.

Lo cuenta con mucha mofa y más cachondeo aún Jaime González en las páginas del ABC de este 4 de noviembre de 2015:

Primero fue la PAZ -la Plataforma de Apoyo a Zapatero que arqueaba el dedo índice simulando una ceja-; luego «Ojalá que Suceda» -un grupo de fieles de Alfredo Pérez Rubalcaba que pasó sin pena ni gloria porque el lema era un calco de la canción de Juan Luis Guerra y estaba claro que no iba a llover café-, y ahora «Nos une Pedro», el club de fans del secretario general del PSOE que ayer se presentó en sociedad. Se nota que el socialismo ha ido perdiendo glamour. No estaban Sabina, ni Ana Belén y Víctor Manuel, ni Miguel Bosé, ni Boris Izaguirre, ni Pedro Almódovar… Mal síntoma. Esto no se arregla ni con una fiesta de pijamas. Había algún científico, unos cuantos intelectuales y una representación de víctimas de los recortes de Rajoy, gente muy respetable, pero sin poder de persuasión.

Apunta que:

Nada de aquellos piratas cojos con pata de palo, con parche en el ojo, con caras de malo; viejos truhanes, capitanes de un barco que tenía por bandera un par de tibias y una calavera. ¿Dónde se quedaron? ¿Qué fue de aquellos billaristas a tres bandas, insumisos en el cielo? ¿Se han hecho de Podemos? ¿Se han vuelto modositos y votan a Rivera? ¿Y la cultura de izquierdas? ¿Y la zurda claqueta del «No a la guerra»? ¿Cómo que no fueron?

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Ni un tenor en Rigoletto; ni un pianista en un burdel; ni un bongosero en La Habana; ni un Casanova en Venecia; ni un anciano en Shangri-La; ni un polizón en tu cama; ni un vocalista de orquesta; ni un morfinómano en China; ni un boxeador en Detroit; ni un cazador en la India; ni un marinero en Marsella; ni un fotógrafo en «Play Boy». Faltaron todos. ¿Dónde estaban? ¿Por qué se han depilado las cejas?

Y remacha con más guasa:

¿Quién, de entre todos los amigos de Pedro, le cantó ayer «La del Pirata Cojo»? Ninguno. Si acaso, «Calle Melancolía»: vivo en el número siete, calle Melancolía. Quiero mudarme hace años al barrio de la Alegría, pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía…

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