Salvador Sostres que no ahorra en adjetivos a la hora de definir a ambos líderes. Asegura que en un país normal, estos dos chicos no pasarían de ser tertulianos de programas de provincias:
Esta discusión entre segundones tuvo la alegría insobornable de enseñarnos lo que es fútil en España. Un barreño de fango entre la extrema izquierda y esa especie de socialdemocracia Marlboro Light que encarna Albert Rivera, a medio camino entre la lejía Conejo y las hermanas Catafalco. Ellos se creen el centro, pero son una simple representación de lo cursi, y del miedo. Algo van a sacar, pero son figuras del fantasma entre el polvo.
Añade que:
La vida pública española tiene algo de domador de delfines, en que todo es lo mismo en la función de las doce y de las cinco. Pablo Iglesias y Albert Rivera son las Tacañonas de la política española, mientras la vida transcurre por otra parte. Hubo un tiempo en que los políticos menores hacían cola en el supermercado de las vanidades y lo que decían no tenía ninguna importancia, entre otras cosas porque normalmente no decían nada. Hoy cualquier idiota se siente llamado a expresar su opinión, y esto explica en gran medida nuestra mediocridad política. Ni Rivera ni Iglesias van a estar en disposición de gobernar nada, y en un país normal, culto y sólido, estos dos chicos serían poco más que tertulianos de programa de provincias.
Y apunta que:
España tiene que crecer, e imponerse a sus monigotes. Rivera e Iglesias son la preadolescencia de un país quejica, supersticioso y pagano que cree en soluciones mágicas. Somos un sentido del deber, una responsabilidad institucional, un sentido del poder que va más allá del oportunismo electoralista.
Este debate ha sido la hora del recreo de un país inmaduro, desmoralizado por el relativismo, y disminuido en su fe por superar las adversidades. No les niego a los chiquillos su posibilidad de expresarse. El circo es libre y la Tierra está abierta. Pero sólo cuando comparece el presidente del Gobierno podemos considerar que ha existido un debate. All the rest is silence.
