Carlos Taboada

Gente corriente y moliente: Mariano sorprenderá para bien el casa de Bertín

Gente corriente y moliente: Mariano sorprenderá para bien el casa de Bertín
Carlos Taboada. PD

Vivimos la campaña electoral más mediática de la historia. La TV se ha convertido en la herramienta por antonomasia para esparcir, una imagen y la sensación de que los candidatos el 20D son ordinay people, gente corriente y moliente.

¿Qué es lo que venden los candidatos y de qué manera?
Los debates influyen si se cometen errores garrafales y se evidencia imagen de perdedor. Pero en general, los encuentros a dos, a tres o a seis no dejan de ser una acción de campaña importante pero, una más.

Esta campaña mediática demuestra el encanto y embeleso de los rayos catódicos para los políticos que se han dado cuenta que hay que ocupar espacio y tiempo en los programas de todo tipo de cualquier cadena. Incluso, el PP se atreve a franquear el territorio comanche de programas muy críticos al gobierno de Rajoy.

Las mañanas para ir haciendo boca. Los desayunos de La 1, la Griso en A3 y la reina de las mañanas, Ana Rosa Quintana, en Tele5. La audiencia oscila entre250.000 a primera hora y 500.000 espectadores hacia el mediodía.
Al Rojo Vivo del inefable Ferreras en La Sexta, látigo del PP, se acerca a los 600.000 televidentes. El Cascabel de Antonio Jiménez en 13 TV llega al medio millón.

Los telediarios del mediodía congregan a una audiencia de seis millones. Los de la noche convocan a ocho millones de votantes. Pero el lenguaje de los informativos nada tiene que ver con los programas. La naturalidad de María Teresa Campos, la agudeza de Pablo Motos en «El Hormiguero», la simpatía de Bertín Osborne, la audacia del rubio Calleja sitúan al político en zapatillas de casa. Escalando el pico de una pared, paseando en globo o cocinando un caldo gallego.

¿Qué es más rentable? ¿Salir 40 segs. en un telediario o una hora en un programa de entretenimiento dedicado monográficamente al candidato? Audiencias desde 1,5 millones hasta casi cuatro de «En mi casa o en la tuya» de La 1.

Siempre es arriesgado dejar el atril, dejar las rigideces de la política, para ver al candidato persona, natural, con sentido del humor, cercano y que sabe escuchar.

Mariano Rajoy, según dicen quienes vieron la grabación, muestra en Casa de Bertín su lado más simpático que expresa una manera de ser como cualquier otro gallego de la emigración que con constancia y sentido común, aparte de otros atributos, ha llegado a la Presidencia del gobierno de España.

Pedro Sánchez, bien. Una persona disciplinada, encantadora y muy agradable. Le gustaría tener peor genio pero le cuesta mucho enfadarse. Se siente inseguro en el puesto de candidato aunque sabe que puede llegar a gobernar si se incumplen las encuestas. Bombas de racimo a su alrededor.
D. Albert Rivera, el Nº 1 sin haberlo pretendido.

Hace dos años representaba el 0,4 % del voto emitido en las últimas elecciones generales y, a 20 días de las elecciones, acaricia el tercer puesto, con más del 17%, convirtiéndose en la bisagra que gire hacia el PP o hacia el PSOE el gobierno tras las elecciones. Su mensaje de renovación aspira a pisarle los talones al PP que mantiene la primera posición en las encuestas.

Pablo Iglesias Jr. Si hubiera que calificarle le podríamos un 9,9 sobre diez. Regaña, apunta con el dedo, acusa y, a veces, parece su propia caricatura. Pero su representación, también, determinará posibles pactos tras las elecciones.

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