La Marea de Pérez Henares

Pactitis

Un mitin tiene siempre algo que ver con un calentón en un bar. En el mitín el subidón lo pone el fervor militante y en el bar las copas. El resultado en muchas ocasiones suele ser el mismo: se gritan, porque se suele en uno y otro sitio elevar la voz, muchas tonterías. Algunas queriendo, para animar al personal, y otras, las peores, sin querer y sin pensar.

Ponerse a comentarlas resulta tan cansino como pringosa la resaca cuando se pasa la fervorina o el alcohol. Pero si se fijan ya llevamos unas cuantas dichas y replicadas con otras de parecido jaez con el comun denominador de tomarnos por medio tontos o tontos del todo a todos aquellos que, con perdón, ya no tenemos un mitin más, que ya no tenemos ni un pase ni dejarnos a arrastrar por lo que dio en llamarse los gritos de ritual.

Andan ahora liados con los pactos futuros cuando aún están las papeletas volando y en los cuentos de la lechera a alguno corre riesgo cierto de que le rompa el cántaro. Pero, por el momento, quizás lo que más debiera preocuparles a los aspirantes es no coger una “`pactitis” que puede dar lugar a un enfriamiento electoral. Porque están escamando y mucho al personal. Y pueden hacer salir huyendo algunos votos que pudieran resultarles imprescindibles en esta recta final.

Porque aunque ya sabemos que no van a responder jamás a la pregunta y salen siempre con la bobada de “yo salgo a ganar” (no van a salir a perder, coño), lo que comienza a vislumbrarse es que pueden estar dispuestos a pactar con quien sea con tal de tocar pelo. Y eso a Sánchez ya se le supone, de hecho ha sido su tarjeta de visita en las autonómicas y municipales, pero para Rivera puede resultarle muy perjudicial. El todavía líder del PSOE sabe que pactar con quien sea, como sea y al precio que sea es su única posibilidad de supervivencia y no se si siquiera puede aferrarse a ella, porque dudo incluso que en determinadas condiciones parte de su partido lo fuera a dejar.

Pero otra cosa es Albert Rivera que ha llegado a estas dos semanas finales en plenitud y con apenas levísimos tropezones en un camino triunfal. Pero es ahora cuando ha entrado y esta entrando en riesgo de tenerlos. Si se le percibe una ansiedad de poder, de alcanzar la Moncloa sin ganar, de poner el poder por delante de todo, ello puede socavar uno de sus pilares esenciales y hacer añicos uno de sus más reiterados mensajes. Que es la Nación, que es España lo primero, más allá incluso de su propia sigla y su propio poder. Que se niegue a investir a nadie resulta irreprochable y ahí ha sabido mantenerse en el equilibrio perfecto. Pero que se aliente la insinuación de que puede aceptar investiduras sin ganar es algo que debiera meditar. Sus declaraciones a Europa Press en tal sentido no dejando zanjada con negativa rotunda la posibilidad de un pacto a tres, con PSOE y Podemos con la manida muletilla de que “no existan condiciones inaceptables”, ha sido el primer error serio que ha cometido en la campaña. Huele mal.

TODAS LAS OFERTAS

LA MEJOR SELECCIÓN DE OFERTAS ONLINE

Seleccionamos y organizamos miles de ofertas online para ti

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Lo más leído