Lucía Méndez

«El presidente Rajoy ha posado su dedo sobre la vicepresidenta»

"El presidente Rajoy ha posado su dedo sobre la vicepresidenta"
Lucía Méndez. PD

Lucía Méndez destaca el valor que tiene para Mariano Rajoy su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Para la jefa de opinión de El Mundo, no es nada descabellado verla como posible presidenta en la próxima legislatura:

El presidente del Gobierno ha convertido a su vicepresidenta en la comidilla de su partido, de otros partidos y de la campaña electoral del PP. Mariano Rajoy descargó en los últimos cuatro años una parte importante de sus responsabilidades en Soraya Sáenz de Santamaría -«eso háblalo con Soraya»- y en coherencia la ha enviado también a las farolas de Madrid y al debate de Atresmedia. Y lo ha hecho de una manera natural. Nadie se imagina a Clinton, Hollande, Renzi o Cameron enviando a un subordinado a representarles en un debate presidencial. Sin embargo, Rajoy considera que pedirle a su número dos que hable como si fuera él mismo es lo normal. Puro sentido común, que diría él. Política creativa, en realidad. Un caso extraordinario de doble personalidad en La Moncloa. Mariano Rajoy es Soraya Sáenz de Santamaría y Soraya Sáenz de Santamaría es Mariano Rajoy.

Intercambiables. Ella misma da hoy en Yo Dona las claves de esta simbiosis. «Al presidente le gusta trabajar rodeado de mujeres. Sabe que al final no le decimos nunca que no, no le ponemos pegas, ni le llamamos tantas veces sobre el mismo tema. Si nos hace un encargo, lo ejecutamos y luego rendimos cuentas. Yo lo veo muy cómodo con nosotras».

Más claro, agua. Es muy natural la comodidad de Rajoy con Soraya. Hace todo lo que le manda normalmente sin rechistar, es muy aplicada, no molesta, no llama a deshoras, no pone pegas, no filtra nada. Un chollo.

Dice que:

El último encargo que le ha hecho es medirse ante las cámaras de televisión con los otros tres candidatos a presidente. Él no puede ir. No tiene ganas de aparecer al lado de tres jóvenes que se tutean y se llaman por sus nombres de pila. Podría haber hecho un esfuerzo, pero para eso ya tiene a Soraya, que hace más juego con la generación de Sánchez, Iglesias y Rivera. Si ella lo hace bien, igual le cae algún voto joven que sumar al de los jubilados del dominó. El encargo de Rajoy ha disparado las lenguas sucesorias. Lo tenemos. El presidente ha posado su dedo sobre la vicepresidenta para sustituirle al frente del PP o incluso del Gobierno en el caso de que Ciudadanos pida su cabeza después de las elecciones.

Como argumento de ficción no está mal. Permite llenar páginas, tertulias, sobremesas y entretiene a amigos y adversarios de ella. La realidad puede ser más prosaica. Soraya se ha limitado a aceptar el último encargo de su jefe. Ni Rajoy ha abierto su sucesión -menudo es él- ni ella tiene el respaldo necesario del PP para ser su líder. Si lo quiere, tendrá que buscarlo. Cuando sea. Ni Atresmedia, ni Mediaset, ni Prisa, ni Vocento, ni Unidad Editorial, ni el Ibex, ni la prensa alemana pueden elegir al futuro líder del PP. Salvo que Rajoy diga otra cosa, ahora que está tan creativo.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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