Cayetano González

Las expectativas electorales tanto para el partido de Albert Rivera como para Podemos son buenas

Las expectativas electorales tanto para el partido de Albert Rivera como para Podemos son buenas
Cayetano González. PD

A doce días de la cita con las elecciones generales, tanto el resultado en votos y escaños que estas arrojen para las diferentes formaciones políticas, como la composición del futuro gobierno son una gran incógnita.

Las del 20-D serán sin duda unas elecciones distintas a todas las que ha habido desde la transición política, entre otros motivos, porque marcarán el fin del bipartidismo reinante hasta la fecha.

Con un 20% de ciudadanos que a día de hoy no han decidido todavía su voto, la campaña electoral que comenzó el pasado viernes puede ser más decisiva que nunca. Según todos los expertos, los debates en televisión, en sus diferentes formatos, serán el instrumento principal del que se sirvan esos ciudadanos indecisos para abandonar ese estado.

Habrá que añadir que junto a los debates, los programas televisivos que acercan el lado más humano de los candidatos también pueden tener su influencia. Y en ese sentido, cada candidato está jugando sus bazas como mejor cree que puede favorecer sus intereses.

Por ejemplo, Rajoy no ha querido ir al debate «a cuatro» en Atresmedia con Sánchez, Rivera e Iglesias, y sin embargo sí hará el próximo lunes un «cara a cara» con el candidato del PSOE, amén de haber optado por programas más populares y sin duda con menos desgaste, como el de Bertín Osborne o el de Maria Teresa Campos.

Las encuestas publicadas en los últimos días señalan un panorama muy abierto. El PP puede ser el partido más votado, pero con una considerable bajada de escaños -le sitúan entre 115 y 130- con respecto a los 186 que obtuvo hace cuatro años.

El PSOE es quien en estos momentos vive una situación de mayor incertidumbre, porque los estudios demoscópicos le otorgan un pésimo resultado, por debajo de los 100 diputados, y con la posibilidad cada vez más cierta que Ciudadanos le sobrepase y le relegue a ser tercera fuerza política, lo que sin duda supondría la muerte política del actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Las expectativas electorales tanto para el partido de Albert Rivera como para Podemos son buenas, porque ambos irrumpirían en el Congreso con un importante número de escaños.

Tras el recuento electoral vendrá una tarea que se presenta harto difícil: la formación del nuevo Gobierno. Y aunque Rajoy no se canse de repetir que es partidario que gobierne la lista más votada, ese es un argumento con una importante falla: gobernará la lista más votada si es capaz de sumar los apoyos necesarios. En caso contrario tendrá que dar un paso atrás y dejar que se puedan conformar otras mayorías, que según nuestro sistema parlamentario serán igual de legítimas. Es en ese escenario donde las posibilidades de Ciudadanos suben muchos enteros. El 20-D empezaremos a salir de dudas.

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