Los genios -y las genias, viva el lenguaje sexista

El tonto útil

El tonto útil
Alcaldes populistas, entre ellos Carmena, Colau y Kichi. Cuatro

Estos días místicos, misericordiosos, evocadores, dan mucho para reflexionar. Te fijas en las tontunas que ejecutan los más tontos, da gusto verlos. Casi ningún tonto se sabe tonto y casi todos los tontos no se reconocen del todo ya que al hacerlo tendrían algún gramo de inteligencia. No hay nada más que darse una vuelta por esas calles engalanadas y fosforescentes para ver las memeces de unos y otros que metafóricamente se agarran al pedo. Los genios -y las genias, viva el lenguaje sexista- contradicen las costumbres, castran los tiempos y procuran desvanecer las ilusiones. Me referiré, porque estamos en la época, a la Navidad o solsticio de invierno, oh, sole mío. Que se quiten los belenes o se les mutilen y que los reyes ya no adoren al Niño sino al Caganer me parece una frivolidad cuanto menos o sencillamente una gilipollez.

Los ocurrentes o genios de medio pedo -he escrito pedo- se consideran agnósticos, ateos y medio pensionistas, da igual, y su tolerancia que tanto cacarean la tiran por la borda. Su voluntad, qué pena, rezuma odio y resentimiento. ¿De qué? ¿Por qué? Si sus ojos niños se bañaron en la ilusión navideña.

Pues nada. Los «okupas» de los ayuntamientos patrios se empeñan en blandir la enseña de que todo me lo paso por el forro de los cojones. Ser ácrata es una digna postura, pero ser imbécil, lamentable. Tampoco, barajando hipótesis, la bandera gay que ondea en los torreones quiere decir que todos seamos maricones. Es la falta de respeto, oiga, la que al tonto le hace carne de manicomio aunque estos centros ya no se lleven. Desnaturalizar la cabalgata de Reyes, pues, es hacer abortar a las criaturas mucho antes de los plazos fijados. ¿Quién es el memo o la mema que se opone a los Reyes Magos si no hay una maga negra?

Se me viene un sin fin de nombres con relumbrón de estos paletos que han aterrizado en nuestros pueblos con motivo de las elecciones locales. Son figurones en mesas de cuatro tenedores. Los ricos del pueblo. El relativismo, la zafiedaz y la oposición por sistema. Y sus majestades de Oriente no son tres monarcas con pelo en pecho, es decir, barba, si no les acompaña una dona retozona y mesiánica. Es esa ralea que llaman tontos útiles, siempre al beneficio del voto, el de ellos, que está por sistema contra el sistema y a favor de la ilegalidad y siempre contra las leyes del Estado.

De esa guisa es una tal Beni que corre por las ondas y que se cree medio lista y se acoge, aunque con fisuras en el pensamiento, a temas tan intrincados como el origen de la vida, el movimiento continuo y la cuadratura del círculo. Tonta, lo que se dice tonta, no sé si llega a tan noble grado pero a mí me parece una cursi redomada.

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