Fermín Bocos

Volver a votar y la fidelidad de los electores

Volver a votar y la fidelidad de los electores
Fermín Bocos. PD

Incertidumbre es la palabra con la que se abre el año político en España. Los resultados de las elecciones conforman un Parlamento muy polarizado, ligeramente inclinado hacia la izquierda y con la incrustación de pequeñas formaciones de matriz antisistema.

En términos aritméticos, al PP no le basta con el apoyo o la abstención de Ciudadanos. Para obtener la investidura Mariano Rajoy necesitaría que el PSOE optara por abstenerse pero ya sabemos que eso no va a suceder porque Pedro Sánchez, el cuestionado secretario general de los socialistas, aguarda su turno para intentar cuadrar el sudoku.

No lo tiene fácil y es probable que la cosa se quede en el intento porque si bien podría conseguir la abstención del partido de Albert Rivera, es casi seguro que no podrá convencer a Pablo Iglesias para que Podemos renuncie a plantear un referéndum en Cataluña, iniciativa imposible de asumir por el PSOE.

Con el año se abren unas cuantas semanas de intensos cabildeos entre los dirigentes de los partidos nacionales. A partir del día 13 de enero, fecha prevista para la constitución de las Cámaras, empieza la cuenta atrás para los contactos encaminados a buscar apoyos para la investidura.

Si Rajoy se ve obligado a tirar la toalla, el Rey trasladaría la encomienda a Pedro Sánchez. Si éste, a su vez, fracasa, entonces habría que ir a unas nuevas elecciones.

En contra de la opinión de quienes se alarman ante semejante escenario habría que recordar que volver a contar con los ciudadanos para despejar la situación sería la más democrática de las salidas posibles. Sabido como ya sabemos a dónde conducen los desahogos y las decepciones, sería una inopinada segunda vuelta que ayudaría meditar el voto.

¿Quién le teme a una segunda vuelta? Sólo aquellos partidos que no están seguros de la fidelidad de su electorado bien porque les saben descontentos por las promesas incumplidas o la corrupción; bien porque su discurso político no resulta creíble.

En cualquier caso, siempre será preferible una segunda vuelta a forzadas combinaciones entre partidos antagónicos envueltas en la retórica de la «altura de miras» y bajo la presión de poderes ajenos al territorio de las urnas.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído