Francisco Muro de Iscar

La «Corporación»

La "Corporación"
Francisco Muro de Iscar. PD

Se han puesto de acuerdo para elegir al presidente del Congreso de los Diputados -un acuerdo, un pacto, una transacción, por fin- y ni siquiera han sido capaces de reconocer abiertamente que lo han hecho. Lo han presentado de tapadillo, como si hubiera sido la casualidad la que lo hubiera hecho posible, no la voluntad de construir una realidad diferente.

Ahora toca formar un Gobierno que afronte los problemas urgentes de España -el desempleo, la economía, la educación, la justicia, Cataluña, la reforma de la ley electoral, la reforma de la Constitución- y siguen con la misma y vieja canción, poniendo pegas, hablando de exclusiones en lugar de hablar de soluciones a los problemas.

Lo mismo ha sucedido en Cataluña. Como estaba previsto, Artur Mas ha sido jubilado, ofrecido en sacrificio para salvar «el procés». Aunque más de la mitad de los catalanes esté en contra. ¡Anda que no hay problemas urgentes y reales que solucionar en Cataluña! Pero querían salvar «el juguete».

En una parte y en otra de España, políticos cortos de miras que tratan de salvar lo suyo, «la corporación». No importa tanto la ideología como «la casa común», «la casta» como la llamó Podemos antes de convertirse en parte de la casta que busca detentar el poder.

En las últimas elecciones una gran parte de los ciudadanos dio un vuelco a la situación. Buscó voces nuevas, quitó poder a los viejos partidos y les dio un toque de atención. Si hubiera querido arrumbar a los dos partidos tradicionales, el bipartidismo, hubiera votado mayoritariamente a cualquiera de los partidos emergentes. Pero la suma de los dos nuevos partidos es inferior a lo que ha conseguido un PP duramente castigado y poco más que lo alcanzó el peor PSOE de la historia.

Algo querrá decir. Seguramente, que debían cambiar las cosas, que era tiempo de acuerdos y de consensos, que había que dejar atrás viejas divisiones y buscar pactos para que cuatro millones de desempleados tengan una oportunidad, al menos, de encontrar trabajo, para reducir la desigualdad, para desmontar proyectos de división* en definitiva, para construir juntos, una España mejor.

Estamos a la cola de Europa en educación y en empleo y somos líderes en desempleo juvenil. Hay cosas que un país que ha mejorado en los últimos tiempos y que ha empezado a crecer no puede permitirse.

Algunos políticos profesionales siguen empeñados en profundizar en lo que nos divide en lugar de buscar lo que puede unirnos, aunque sea poco. Muchos creemos que hay un exceso de ambición personal o de partido y un déficit de talento político. Lo que España necesita es recuperar la fe en que existe una salida y una posibilidad de pactar el camino que hay que recorrer para conseguirlo.

A ver si alguien tira de la política hacia un lugar que casi hemos olvidado, el de los intereses del conjunto de los ciudadanos, el del bien común, el de la solidaridad, el de la eficacia, el de la educación y la justicia. Es decir, hacia la Política con mayúsculas.

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