MANUEL MARÍN

Malversación de escaños

Malversación de escaños
Manuel Marín.

Arrancaba en su columna de 21 de enero de 2016 Manuel Martín en ABC titulada Malversación de escaños así:

Solo un criterio excluyente basado en una supuesta superioridad moral de la izquierda parlamentaria ha movido a populistas, comunistas, independentistas republicanos y batasunos a querer forzar la verdadera legitimidad de sus escaños. Hace unos meses, rodeaban el Congreso al grito de «no nos representan». Hoy, dentro, al calor de las alfombras y del hemiciclo, ya juegan a ser casta. Pretenden intercambiar o prestarse escaños por dinero. Aceptan o rechazan cambalaches a cambio de poder, no de principios o valores. Negocian con la soberanía popular y se apropian de votos propios y ajenos para justificar un mercadeo. Y aunque nadie lo crea, el PSOE lo ha llamado «cortesía parlamentaria» para justificar su cesión de escaños en el Senado…

Proseguía:

El intento ha frustrado de momento las expectativas de Compromís, IU, EH-Bildu, ERC e incluso Podemos. El adoctrinamiento dirigido a convencer a la opinión pública de que basta simplemente con que sea la izquierda radical quien «explore» algo para que sea correcto, democrático, progresista, puro y por supuesto ético, está basado en una falacia. Primero se niega la legitimidad real y aritmética de gobernar a quien ha ganado las elecciones para, después, crear desde la manipulación y el victimismo una segunda legitimidad, esta vez ficticia y falsa: la de quienes exigen como un derecho inalienable formar grupos parlamentarios pese a que no les ha votado el mínimo de ciudadanos para adquirir ese derecho. Aliarse unas horas para adquirir derechos permanentes, cobrar y romper de inmediato es un fraude de ley. Si no de la letra, sí del espíritu.

Finalizaba así el periodista:

Esos partidos no son víctimas de una injusticia, sino de las reglas que ellos mismos han impuesto en su programa electoral a su votante. Si pretenden que su regeneración de la vida pública pase por un mercadeo incesante de escaños para gozar de más privilegios políticos, poco tardarán en convertir las instituciones en un coto privado. El uso abusivo del concepto de legitimidad y la instrumentalización moral de los escaños -aunque hayan fracasado, la intención cuenta- no son más que la primera fase de la operación «asalto al cielo». Con el PSOE como instigador.

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Autor

José Pablo González

Licenciado en periodismo en 2010 por la Universidad Complutense de Madrid. Canterano del diario ABC, en Periodista Digital desde 2013, actualmente es redactor-jefe. 

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