Esther Esteban

Mobile World Congress: Barricadas y trigo

Mobile World Congress: Barricadas y trigo
Ada Colau. BC

Un baño de realidad. Eso es lo que se ha dado la alcaldesa de Barcelona durante estos días, que está viviendo una de las semanas más complicadas desde que llegó al poder, debido a la huelga de metro, tren y autobuses.

Ada Colau ha dado un salto de la barricada al gobierno y ¡claro, ahora ve las cosas de forma diferente! Es lo que tiene practicar la demagogia a destajo.

En los últimos años, la celebración del Mobile World Congress se ha convertido en uno de los mayores dinamizadores del empleo en Barcelona que genera 13.000 puestos de trabajo temporales y tiene un impacto económico estimado de 460 millones de euros.

Por eso detener la red de metro, con un evento que puede convocar a más de cien mil asistentes ha sido un desastre y ¡claro» la alcaldesa -tras intentar sin éxito mediar en el conflicto- puso en el punto de mira a los trabajadores. ¡Quien la ha visto y quien la ve!.

Ada Colau, decidió implicarse en las conversaciones para intentar reconducir la situación y optó por hacer público el salario medio de los trabajadores del metro, una osadía para quien predica una nueva política por la que los sindicatos enfurecieron y cumplieron su amenaza de mantener la huelga limitándose a cumplir con los servicios mínimos.

Gracias a los colaboradores de la alcaldesa hemos conocido que el sueldo más común de los trabajadores del metro de Barcelona es de 33.000 euros al año, con 29.000 euros como salario mínimo, según desveló la concejala de Movilidad quien insistió en que la oferta realizada a la plantilla no solamente es buena, sino inmejorable. «No se puede decir que sí a todo porque se pondría en riesgo el servicio», dijo tras aclarar que el 1% de aumento que les ofrece la empresa supondría unos 360 euros por persona.

En resumen que hablando en términos políticos en poco menos de un año la activista Colau ha pasado de alentar huelgas y apoyar boicot a tener que evitarlas y en este primer intento no ha tenido demasiado éxito.

«Es legítimo el derecho de los trabajadores a recurrir a la huelga, pero personalmente me parece desproporcionado en un contexto en el que todos han puesto de su parte», se lamentó la alcaldesa para internar explicar su fracaso con los sindicatos.

Está claro que un evento de estas características es importantísimo para la Ciudad Condal y una huelga de este tipo no ayuda a su pervivencia en convocatorias sucesivas por lo que el asunto no es ni mucho menos un tema menor. Durante el primer día la huelga se notó y mucho en la hora punta de la mañana con un incremento de tráfico entre 3% y el 9% y largas retenciones pero más allá de las cifras la repercusión de paro ha sido un duro golpe para la alcaldesa a quien le han llovido las críticas por su gestión.

«Barcelona ha petado. Ya no caben más coches entrando en la ciudad y la Colau sin arreglar el tema de la Huelga».

«¿Recordáis cuando Colau se unía a las movilizaciones de los trabajadores de Transportes Metropolitanos de Barcelona o de Telefónica? Pues era broma o aún mejor era campaña». Eran algunos de los mensajes que a miles han corrido como la pólvora por la redes sociales. Al final con la nueva o con la vieja política hay cosas que no cambian y que vienen a reafirmar lo sabido: una cosa es predicar y otra dar trigo y cuando toca lo último todos, todos se retratan incluso los se las daban hasta anteayer de libertadores de causas perdidas. ¡La vida y la política!

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