¿Hasta cuando Pedro Sanchez, seguirás abusando de nuestra paciencia?
Aunque muchos hayan querido ver más, con haber defendido su «Conjuración de plastilina» el Sr. Sanchez ya ha cumplido gran parte de su objetivo.
Habiendo perdido las elecciones, con el único propósito de ganar tiempo y mantener el control de su partido, el Sr.Sanchez ha buscado aliados en las antípodas o incluso entre quienes, sus hombres saben, les van a apuñalar y lógicamente se ha convertido en el principal conspirador contra el partido que ganó las elecciones.
No hay pues palabras que vengan más al pelo, aún mil veces repetidas, que aquellas con las que comienza Cicerón «la Conjuración de Catilina».
Pero en ésta otra «Conjuración de plastilina» los partidos que se conjuran se modelan y retuercen estos dias en figuras insospechadas de muy diversos colores, como las que hacen los niños en la guardería del Congreso a la que no asiste el bebé de podemos, que prefiere asistir a los plenos.
Todo, para desplazar al partido, que más simpático o más antipático, resultó ganador de las elecciones (HOT OR NOT: Una divertida herramienta para testear la seducción de políticos, periodistas, artistas, empresarios y otros ‘perlas’).
Desde el punto de vista técnico los discursos pueden haber sido más o más bien menos brillantes y eso tener por supuesto un valor intrínseco. Pero será siempre un valor relativo, dado que lo que aquí se está dilucidando es algo mucho más importante que aún torpemente dicho puede resultar verdad, y es lo importante. ¿Qué políticas hay que seguir en España a partir de ahora y quien puede defender mejor los intereses generales?
Los análisis del debate de investidura no deben perder de vista lo esencial, lo que se está dilucidando ¿a quien otorgar la confianza para que dirija el Gobierno de una Nación que quieren romper por las esquinas ?
Y la respuesta es una sencilla pregunta: ¿a quien de estos pretendientes confiaría usted su negocio?
Cualquiera que haya visto un rato el debate de investidura y «la conjuración de plastilina» puede fácilmente llegar a la conclusión de que la guardería del Parlamento está manifiestamente infrautilizada.
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