El feudalismo puede definirse como un conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones de obediencia y servicio por parte de un hombre libre, llamado «vasallo» hacia un hombre libre llamado «señor», y obligaciones de protección y sostenimiento por parte del señor respecto al vasallo.
Déficit es aquella cantidad negativa que resulta cuando los gastos o el débito son mayores que los ingresos o el crédito.
España ha superado el déficit 2015 y la UE le ha llamado la atención. Lo raro en la España de los 17 reinos de taifas es que el déficit se cumpla y que el gobierno de turno tome las medidas pertinentes para que así sea.
Montoro, visiblemente cabreado, ha culpado a las autonomías de ser las causantes de la desviación del déficit y dice que va a tomar medidas ahora ( a buenas horas mangas verdes).
Que una comunidad autónoma se endeude por prestar a sus ciudadanos los mejores servicios, puede entenderse hasta cierto punto, pero que se endeude para satisfacer el voto clientelar como si de un «señor» medieval se tratara y sus ciudadanos «vasallos», es de todo punto indecente.
Existen en las comunidades autónomas gastos impresentables motivados por la creación de las más extravagantes empresas públicas orientadas tan solo a colocar a familiares y amiguetes, a subsidiar proyectos inverosímiles como puedan ser «El estudio de las relaciones sexuales del percebe del Cantábrico» o «Las mil maneras de cocinar la lenteja pardina» para lo mismo, repartir unos cientos o millones de euros entre los «vasallos» que le garantizan el voto.
Los millones dedicados a mantener en el paro a quienes no quieren trabajar mediante una paga mensual vitalicia garantizando así su voto fiel al «señor», son también unos cuantos, no olvidamos los sueldazos que se auto adjudican los gerifaltes de estos reinos – han aumentado en 4.000 millones los últimos 4 años – y llegamos a la guinda del pastel de tirar los dineros públicos con el único objetivo de estar ahí para «ad maiorem gloriam» del presidente de turno y de su gobierno: las televisiones autonómicas, ¡menudo pozo sin fondo! Tanto es el gasto superfluo de las comunidades que, en ocasiones, falta dinero para algo tan esencial como educación y sanidad cumpliéndose aquello de «El que compra lo superfluo, se ve obligado a vender lo necesario».
España está repartida en 17 autonomías con leyes propias donde reinan 17 reyezuelos de taifas como «señores» feudales sobre sus «vasallos» a los que tiene que mantener fieles mediante dádivas, subsidios, subvenciones, fiestas patrias, televisiones a color y en HP, viajecitos para ancianos con bocadillos de mortadela incluidos, funcionarios hasta la náusea y puede que incluso serrallos «outsourcing» para desfogue de instintos.
Con tanto gasto inevitable los reyezuelos de taifas dicen que de qué va la vaina de no poder gastar lo que se tenga que gastar y más aún para mantenerse en el poder, que si para ello fuera necesario poner pavorreales en las calles, lo harían o inventar 12 nuevas fiestas patronales para regocijo del personal, o proporcionar braguitas tangas a las garotas ensopadas en hormonas y profilácticos de látex a los machos jóvenes más ensopados aún, o pagar dentaduras postizas a todos los mayores de 75 años, o conceder 5 euros diarios a las madres para que, tras dejar a los pobres niñitos adormilados aparcados en las guarderías, tomarse el desayuno con las amigas, o crear una banda matinal para alegrar al pueblo todas las mañanas tocando y cantando «Estas son las mañanitas que cantaba el rey David», y que, por supuesto, sus sueldos no se tocan.
Se gasta lo que haga falta, que carajo, todo lo que haga falta para tener contentos a los «vasallos» que rinden pleitesía al «señor» mediante el voto feudal que ha dado lugar a un déficit «feudal» del carajo que a ver qué ministro de Hacienda tiene los bemoles necesarios para solucionar. Y en esto el señor Jordi Sevilla se hace ver en cuerpo presente para decirnos que está muy preocupado por un déficit del 5%, cuando durante su época de ministro con Zapatero se pasaba por el arco del triunfo el déficit de 9% con el que nos dejaron hecha unos zorros a esta España de nuestros pecados.
