Santiago López Castillo

Carmen Caffarel, la gran sectaria

Carmen Caffarel, la gran sectaria
Santiago López Castillo. PD

Decía Lenin que con la mentira lograremos la revolución. En efecto. De la misma opinión era mi padre -militar intachable- que había leído al filósofo ruso, no para poner en marcha la sedición, Dios le librara, sino para mantener una rectitud y honestidad en la vida. Y agregaba generalizando: la mentira es el arma más poderosa del socialismo. Si lo sabría él, que hizo la guerra.

El PP ha rechazado el nombramiento de Carmen Caffarel como consejera de Telemadrid, pero con el apoyo de la cutrez de izquierdas, la señorona ha vuelto a conseguir la poltrona. Dice que no milita en ningún partido. No hace falta. Es como si yo, que fui socio del Real Madrid, confesara que actualmente el club blanco me resbala y soy más madridista que don Santiago Bernabéu. Conocí y padecí -luego diré por qué- a esta hija de actor, José Mª Caffarel, que el malo de Franco lo vetó e hizo más Estudios 1 que ningún otro artista, por otra parte, un gran intérprete.

Fue llegar al poder el incunable e inepto Zapatero, y con las máximas revolucionarias de «tomar» los medios, nombró directora general a esta sectaria socialista, lo del carné es lo de menos. Fue mi último programa en TVE, posiblemente del que me he sentido más orgulloso, «En Verde», en defensa de la Naturaleza y los animales, valga la redundancia. En donde estoy instalado. Sin desdeñar, por supuesto, mis honrosos años, no lo digo por mí sino por la confianza que se depositó en mi persona al estar al frente de la Transición, informativamente hablando, y mucho más: la elaboración y divulgación de la Carta Magna, 23-F, seiscientas horas de debates, todos los telediarios, el programa «Parlamento»… hasta sentir en mis carnes la amenaza terrorista. De ello puede dar fe el jefe de Seguridad de Torrespaña.

Este sacerdocio periodístico, lo digo por experiencia, ha de sortear no pocos escollos para su supervivencia aun a sabiendas de que más tarde o más temprano nos iremos a tomar por culo. Me sentí reconfortado, he de reconocerlo, cuando los grupos parlamentarios me otorgaron el I Premio de la Constitución Española. Y, en cambio, se me cesa, sectaria señora Caffarel, por hacer pedagogía del buen trato hacia los animales y en pro del medio ambiente, cuestiones que nunca abordó el Partido Socialista, siempre presente en la demagogia y en la incompetencia. Así, esta secuaz propagandista se cargaba un espacio limpio, educativo. Y habla de imparcialidad, joder, qué tía. Decía Cela que lo malo de quienes se creen en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan una.

Finalmente, debo resaltar que ni Calviño, primer jefe socialista de RTVE, 1983, que me destituyó cosechando la máxima audiencia de los telediarios, ni Pilar Miró ni Luís Solana, por poner unos ejemplos, llegaron a la altura de esta manipuladora llamada Carmen Caffarel. Hoy, la radio televisión pública, pese a que el PP esté en el poder, está en manos del PSOE, UGT y CC.OO. Y a esta buena señora, que la den, y perdón por la expresión grosera.

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