Laureano Benítez Grande-Caballero

Los 100 montaditos de Pablo Iglesias

¿A quién ama verdaderamente Pablo Iglesias: ¿La barrikada, o el sillón? ¿El patio okupa, o el Palacio de Invierno y verano? ¿«La gente de abajo», o «la casta de arriba»?

Los 100 montaditos de Pablo Iglesias
Laureano Benitez Grande-Caballero. PD

Durante una Mesa Redonda que tuvo lugar en agosto de 2013 en la Universidad de Verano de Izquierda Anticapitalista, Pablenin desgranó un discurso revolucionario, violento, machista y golpista, pleno de demagogia, en el que acuñó arengas incendiarias contra el Sistema, al más puro estilo bolchevique.

Luego vinieron las televisiones, las tertulias, los votos, los terciopelos de poltronas y sillones, las moquetas de burocráticos despachos, y Heyglesias sintió la caricia del poder, la adrenalina de sentirse el Rey del mundo, el Mesías conduciendo a nuestro desgraciado país hacia la tierra donde mana la mala leche y la hiel.

Siguió con su coleta y su puño en alto, pero con un toque como más de «Mimosín». Ante esta doble personalidad, cabría preguntarse sobre a quién ama verdaderamente Pablo Iglesias: ¿La barrikada, o el sillón? ¿El patio okupa, o el Palacio de Invierno y verano? ¿«La gente de abajo», o «la casta de arriba»? Ya lo dijo Maquiavelo:

«Es de gran importancia disfrazar las propias inclinaciones y desempeñar bien el papel de hipócrita».

O sea, que el Sr. Turrión tuvo otros maestros aparte del camarada Lenin y el iluminado Gramsci.

Hay quien llamaría «perlas cultivadas» a las soflamas antisistema que el Coletudo Mayor de Podemolandia desgranó en su ponencia en la citada Universidad Anticapitalista, pero como esta banda es tan anticapitalista, tan anticasta, tan «gente de abajo», sería mejor llamarlas «montaditos», pues Pablenin y su troupe han desembarcado en nuestro desgraciado país para liarla, para montar sus numeritos circenses, que tienen al «pollo» como protagonista:

«Yo voy allí a liarla y a transmitir el espíritu de los movimientos sociales a los parlamentos. Yo voy en camiseta a las instituciones y voy allí a montar el pollo. Eso lo tenemos que tener claro».

O sea, que a los montaditos también se les podría llamar «liaditos». Ahora bien, si lo que se monta es «el pollo», a mí me dan ganas de preguntar qué es lo que se lía…

¿Un porro, quizá? Pues no quedan tan mal del todo las consignas subversivas, que hasta componen un ripio: «Monto el pollo, lío el porro».

¿Qué dirán los animalistas del PACMA sobre eso de «montar pollos» que tanto proclama Heyglesias como el verdadero programa de gobierno de Podemos? ¿Querrá decir que irán en coalición con Kentucky Fried Chicken para las próximas elecciones? ¿Qué dirán las militantes de FEMEN sobre el machismo intolerable de montar pollos y no gallinas?

¿Por qué no protestan contra la «política de pelotas» que virilmente proclama el macho alfa podemita como estrategia revolucionaria para tomar el poder? ¿Es que no acaso los «coños insumisos» son menos revolucionarios que las pelotas?

Pues aquí van los «100 montaditos» del Sr. Turrión:
«Voy a ser polémico en mis intervenciones. Estamos discutiendo entre compañeros y no tendría sentido que mantuviera aquí el tono que mantengo en otros espacios cuando estoy en la tele o con otro tipo de público, y creo que estamos obligados a hablar a calzón quitado y a no esperar a que en el debate surjan temas para hablar de ellos.

A mí la mesa de ayer me creó una sensación extraña, los ponentes fueron extremadamente educados y el debate lo puso encima de la mesa el público cuando era demasiado tarde y ya no se podían discutir los temas que habían salido. Por eso, puestos a liarla un poco, empiezo liándola yo. El que da primero da dos veces».

«Uno puede afrontar lo que representa ir a las Elecciones de una manera masculina: con cojones. Esto implica decir que le decimos al poder aquí estamos yo y mis pelotas y eso quiere decir que para mí la representación no implica ningún compromiso, eh, que el tuyo es un parlamento burgués de mierda que representa los intereses de clase, como decía Engels, el Estado es la institución que permite ser políticamente dominante a la clase económicamente dominante y yo no pacto con vosotros».

«La clave del poder no está en las instituciones, está en nuestras pelotas, está en la calle… ocupamos las fábricas y además ocupamos para vivir, ayer lo decía una compañera de la PAH (Plataforma de afectados por la Hipoteca). Yo sé que la mayoría de los que estáis aquí pagáis un alquiler o una hipoteca.

Compañeros, hay que vivir ocupando, hay que arriesgarse, tenéis que convertir vuestra vida en una experiencia revolucionaria».

«No podemos entrar en esa lógica mercantil de compra y vende. Esto de que este espacio para hacer la escuela esté alquilado… El año que viene hay que ocuparlo, no puede ser que entremos en esta lógica mercantil de se compra y se vende. Y el servicio del orden no está solamente para repeler una agresión fascista, está para defenderse de la Guardia Civil cuando venga a desalojarnos.

Y, por supuesto, si nos pegan, no vamos a ir a un juzgado, a un cuartel de la Guardia Civil, esa institución burguesa que protege los intereses de la clase dominante. Nosotros hacemos política masculina: con cojones».

«La realidad revela que a hosti.. perdemos. Que perdemos si nos vienen a desalojar los guardias civiles y que perdemos si vienen finalmente los fachas.

Cogeremos sillas y nos enfrentaremos con ellos, pero al final, iremos a un cuartel de la Guardia Civil o a un juzgado burgués, a presentar una denuncia, porque la política es así, porque no tenemos todavía la suficiente fuerza como para enfrentar un contrapoder que ignore las instituciones del Estado».

«¿Gobernar? Cuando tengamos el 51% de los votos. Antes es caer en las redes del enemigo de clase. Por lo tanto, no gobernaremos nunca si no tenemos la mayoría absoluta para gobernar, porque no se puede pactar para gobernar».

«Hay que practicar la gimnasia revolucionaria […] Yo supongo que muchos de vosotros sabréis perfectamente fabricar cócteles molotov, de los que incendian y de los que explotan; sabéis hacer barricadas; que hay que correr en dirección prohibida de la policía; y, de vez en cuando, en lugar de dedicaros a beber, os estáis entrenando porque se avecina una crisis terminal del capitalismo y tendremos que estar preparados para tomar las armas. A mí me gusta ese estilo».

«Yo sí creo que hay momentos políticos en los que la ruptura se tiene que hacer visible. Momentos políticos en los que el poder no se reparte en los parlamentos. Momentos en los que el poder puede estar en la calle y en los que formas semi-insurreccionales pueden ser absolutamente determinantes para resolver las cosas.

Eso tiene que ver con el nivel de organización de los movimientos sociales, y con el nivel de desestructuración del poder del Estado».

«Porque la política es muy jodida y tener el Gobierno implica tener que llegar a pactos con gentuza […] La política, por desgracia, es más compleja que todo eso y tener el poder de un Estado significa que, a veces, hay que cabalgar las contradicciones.

«El nivel de cambio social que puede implicar gobernar en un Ayuntamiento es limitado, es complejo y no digamos ya a nivel del estado. No pagar la deuda, auditoría pública de la deuda, salirnos del euro…

Por supuesto que sí, con todo el aparato del Estado en contra, con todos los poderes financieros europeos peleando contra ti».
Ante esta colección de delikatessen leninistas, tengo que contener mi vena andaluza, que pugna por salir en un incontenible «Olé la grasia».

Porque no me digan que no tiene gracia que un 20% de la españolía haya votado a un tipo capaz de soltar esta colección de sandeces, dignas de figurar en el «Guinness», porque ¿es posible meter más montaditos y liaditos en un solo discurso?
Mas no hay que extrañarse de que la gente les vote, porque, como dijo el gran bocazas de Muhammad Alí, «la gente no soporta a los bocazas, pero siempre les escucha».

Y, además, este Pablenin es un bocazas asentado en la hipocresía. Ya lo dice la frase: «La hipocresía es un vicio, el cual usan los gobernantes para dominar a los pueblos». Estamos advertidos.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído