Jesús Millán Muñoz

Falacias, oratorias, discursos y demagogia

Falacias, oratorias, discursos y demagogia
Jesús Millán Muñoz. PD

Estamos ante una situación grave en la sociedad y política hispánica. Hay tendencias que utilizan la demagogia para tomar y conservar el poder, hay tendencias que utilizan las falacias para tomar y conservar el poder.

Pero para saber cuándo alguien te está manipulando, engañando, mintiendo, diciéndote medio verdades o medio mentiras, en definitiva si está utilizando la demagogia y está utilizando las falacias, tendremos que conocer que es el concepto de falacia y de sofisma y quizás así después entender mejor dicho artilugio. Porque no olvidemos la falacia la podemos utilizar contra nosotros mismos, contra los otros, y no solo la utilizan algunos individuos de la política…

1. Qué son las falacias o sofismas o falsos argumentos o paralogismos.

Las falacias son razonamientos incorrectos que tienen la apariencia de un argumento verdadero y válido, pero que están incorrectamente construido.

Se suele utilizar el concepto o término de sofisma a los argumentos conscientemente falsos con voluntad de engañar. Y se reserva el término de falacias y paralogismo para los razonamientos sin voluntad de engaño.

2. Entre las falacias no formales. Existen más de cien pero aquí solo describiremos unas decenas:

– Argumentum ad baculum.

Se utiliza las amenazas como razones.

– Argumentum ad hominem.

Consiste en apelar a las circunstancias o errores del contrincante para descalificar sus argumentos o razones.

– Argumentum ad verecundiam o argumento de autoridad o argumentum ad authoritas.

Consiste en defender una tesis invocando a alguna persona de gran reputación, autoridad o poder que haya sostenido esa tesis. Este argumento tiene un cierto grado de validez a falta de uno mejor.

– Argumentum ad ignorantiam.

Consiste en pretender que algo es falso porque no se ha podido demostrar que es verdadero o viceversa. Ej. No se ha podido demostrar que exista vida de la tierra, por tanto, no hay vida fuera de este planeta.

– Argumentum ad misericordiam.

Apela a la piedad para aceptar una determinada conclusión.

– Falacia del accidente o pista falsa.

Consiste en concentrar la atención sobre aspectos secundarios o incorrectos y extraer, por tanto, de ellos una conclusión equivocada.

Consiste de extraer de modo ilegítimo una regla general de un caso particular.

– Falacia del principio (petitio principii) o argumentación circular.

Cuando para demostrar algo se echa mano, precisamente, de aquello que se quiere demostrar. Se define A, a partir de B y B a partir de A.

– Anfibología.

Cuando se trata de alguna ambigüedad sintáctica, que afecta a toda la estructura de la proposición, no sólo a una palabra. Ejemplo: «Lo vi sentado en un banco». No queda claro si quien estaba sentado en el banco es quién mira o quien es visto.

Utilizar en la argumentación y en la conclusión una misma palabra, pero con significados diferentes, para así salvar la validez de la argumentación.

– Falacia por composición.

Consiste en predicar ilegítimamente de la totalidad lo que predicamos de cada una de sus partes.

– Falacia por división.

Es lo contrario a la falacia por composición.

– Falacia ex populo.

Defender una tesis apelando a que todo el mundo está de acuerdo con esa opinión.

– Falacia ad populum.

Consiste en halagar al oyente, o apelar a sus sentimientos con el fin de que admita una propuesta pero sin aportar pruebas reales de la bondad de dicha propuesta.

En estos argumentos se recurre a provocar el entusiasmo u otros sentimientos de las personas con el fin de que otorguen su asentimiento a lo que sostiene el hablante sin aportar prueba alguna. En política utilizar medidas sociales que serán aceptadas pero no se explica de dónde se obtendrá el dinero para aplicarla, o si se amplifican más los impuestos a medio plazo las consecuencias son peores, porque se destruye empleo…

– Confundir una relación accidental con una relación causal.

– Tomar la parte por el todo o el todo por la parte.

Aplicar a una totalidad, en deducir un rasgo acerca de una totalidad a partir de observar un caso o muy pocos casos.

– La ignorancia del argumento.

Consiste en una confusión de las cuestiones a demostrar. Se argumenta contra una tesis en base a algo que no tiene que ver. Ejemplo se demuestra el creacionismo, diciendo que la vida no puede surgir de la no vida, porque se indica que en la Luna no hay vida.

– Falacia naturalista.

Consiste en deducir un juicio de valor a partir de un juicio de hecho

– Falacia idealista.

Contraria a la anterior, parte de un juicio de valor para deducir de ahí un juicio de hecho.

– Preguntas complejas.

Preguntas enrevesadas y ambiguas. Preguntas en las que, disimuladamente, se supone algo que se quiere dar por verdadero sin discusión. Por ejemplo preguntar si se ha arrepentido del crimen que alguien ha realizado… se da por supuesto que ya lo ha realizado.

– Argumento post hoc, ergo propter hoc (de la falsa causa).

Confundir una relación accidental con una relación causal.

Consiste en establecer una relación causal entre dos fenómenos sólo porque uno va después del otro.

– La generalización apresurada o inducción precipitada o temeraria.

Una de las falacias más comunes que todos cometemos es la generalización apresurada, que consiste en pasar de una proposición particular como «algunos madrileños son x», a una proposición universal como «Todos los madrileños son x». Algunos políticos son corruptos, toda la clase política es corrupta.

– Argumento de pendiente resbaladiza.

Muchos de los argumentos que pertenecen al tipo de pendiente resbaladiza tienen la estructura siguiente:

Si haces A1 se desencadenará A2, De A2 se desencadenará A·… de An., se seguirá An.

An no es deseable.

Luego no hagas A1.

Se trata de argumentos basados en el llamado «efecto dominó». Este argumento puede ser positivo o negativo según como se utilice, y en qué pruebas se utilice.

– Información insuficiente o supresión de prueba.

Se incurre en esta falacia, cuando al argumentar se elimina la información que no nos beneficia o se la ofrece sesgada, es decir, dándole la interpretación que más nos interesa.

Se trata de las falacias que se montan sobre la ocultación de una parte de información que es relevante para el asunto.

– Falacia semántica.

Se trata de utilizar una palabra dándole distintos significados a lo largo de nuestra argumentación. De este modo la confusión y ambigüedad están aseguradas.

– Falso dilema.

Recurso consistente en plantear una cuestión desde dos únicas alternativas posibles, casi siempre radicalmente antagónicas, y que en la mayoría de los casos expresan de modos tácitos las creencias de quien las propone. Cuándo no existen dos alternativas, sino tres o cinco…

– Falacia del hombre de paja.

Consiste en ridiculizar o menospreciar con ironía la postura de un individuo para posteriormente refutarla fácilmente, se trataría en el fondo de una variedad de falacia ad hominem.

– Falacia persuasiva.

Se produce cuando en la definición de un concepto, que ha de ser objetiva y neutral, se introducen valoraciones subjetivas o emotivas.

– Falacia de descalificación de la fuente.

Cuando se menosprecia o infravalora, injustificadamente, la fuente de los datos de que se sirve nuestro adversario y que hablan en contra de nuestra posición.

– Non sequitur.

Esta expresión que significa literalmente «no se sigue», sirve para designar cualquier mal argumento en el que la conclusión no se sigue de las premisas. En cierto modo, toda falacia es un «non sequitur».

– Provincianismo o etnocentrismo.

Cuando se toman las costumbres o tradiciones de una determinada zona o región o población o país o cultura como modelo válido a seguir por todo el mundo.

– Falacia de la cortina de humo.

Se utilizan datos y razones y propuestas que no son esenciales y que casi siempre son exageradas o extravagantes o estrafalarias y así de ese modo se tiene entretenido a un colectivo o al pueblo discutiendo sobre un tema y así se olvidan los temas esenciales.

3. Paradojas.

Paradoja procede del griego «paradoxos» y etimológicamente significa «término que contradice al opinión común»; se refiere a aseveraciones en neta contradicción con el sentido común o con los principios elementales de la lógica.

Según José María Sagüillo, una paradoja se define como «una argumentación cuyas premisas se creen todas verdaderas, su conclusión se cree falsa y su cadena razonamiento se cree correcta». Por tanto en algún punto se está cometiendo un error.

Son argumentos irresolubles, contradictorios.

Razonamiento sorprendente que pone en cuestión los límites de nuestro pensar.

4. Aporías.

Aporía, palabra procedente del griego que significa literalmente «camino sin salida», se puede entender cualquier dificultad lógica en apariencia insuperable, y en ese sentido las paradojas son también aporías. Pero hay ciertos problemas filosóficos, como los que plantea Zenón de Elea con sus demostraciones de la imposibilidad del movimiento, que son llamados aporías en sentido estricto. Por ejemplo, las Aporías de Aquiles y al tortuga y la de la flecha.

¿Hay problemas sociopolíticos que son aporías aunque no los aceptamos de ese modo?

5. Antinomias.

Es una palabra de origen griego «antinomia», pertenecía al lenguaje jurídico y significaba «contra la ley»; actualmente es más bien un término del lenguaje filosófico y se refiere a la contradicción lógica existente entre dos afirmaciones cualesquiera, ambas igualmente válidas. Ejemplo Antinomias de Kant.

6. Paralogismos.

En sentido amplio significa «razonamiento falso», y sería, por tanto, sinónimo de falacia o sofisma. A diferencia del sofista (que es un argumento incorrecto que se sabe incorrecto y se utiliza para engañar, persuadir o vencer al contrincante en una disputa), quién incurre en un paralogismo no es consciente de ello. Kant hace amplio y especial uso de este concepto en su Crítica de la razón pura.

7. Sofisma.

Falso argumento con apariencia de verdad (se le conoce también por silogismo aparente), con el que los sofistas, filósofos griegos contemporáneos de Platón y Aristóteles refutaban a sus contrincantes en las disputas. Viene a ser sinónimo de falacia y paralogismo, y como sinónimo de estos dos términos se emplea habitualmente.

8. Para concluir es evidente que se utilizan de forma consciente e inconsciente todos estos sistemas o modos de argumentación que son esencialmente erróneos o falsos que denominamos sofismas, falacias, paralogismos…, en una triple vertiente, de nosotros mismos a nosotros mismos, entre los individuos en la sociedad, y en el problema que estamos tratando en este artículo en la vida sociopolítica, incluido todos los tipos de agentes que intervienen en ella, en mayor o menor grado. ¿El pueblo se está dejando engañar y manipular con falacias masivas, al pueblo se le está engañando y manipulando con el uso masivo de sofismas, entre unos y otros o parte de unos y de otros…? Aviso a caminantes y navegantes.

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