Esto de llevar al Parlamento los donuts y los lápices en una mochila como hace Iglesias, campeón del snobismo es, amén de una ordinariez, un ataque a la dignidad de la tarea, la función y la historia del parlamento español además de al más elemental sentido común.
Media Europa registrando a la otra media en recintos públicos y privados y aqui unos enteraos entran en el parlamento con la ropa sudada del gimnasio o lo que fuere. Últimamente todo es degradación en el hemiciclo, que es lo que pretenden. Degradación y circo.
Y recientes los ataques y amenazas terroristas de Paris, Bruselas y medio mundo, esta pasarela del snobismo «casual» en el Congreso de los diputados es un desafío más de algunos diputados postmodernos al sentido común y al buen gusto. La mochila es un coqmplemento de riesgo o susceptible de serlo por lo que deberia estar prohibida en las Cortes y aún en otros lugares e instituciones que no me paro a enumerar.
Han trasladado el campamento de Sol al Parlamento.
Y en sus economatos repartidos por España, donde triunfa la demagogia ad nauseam, los de Podemos han llenado las paredes del casco viejo de Palma de pintadas que dicen turistas «go home» y refugiados «welcome».
Para acoger a estos últimos no consta que su portavoz haya facilitado la dirección de su casa, pero de los turistas que mantienen la vida de la isla ha dicho que son una masificación intolerable porque incluso las rutas de algunos grupos la despiertan.
¿ A qué hora se levanta esta moña? ¿Con los ingresos de qué industria entiende ella se podría atender a los refugiados? ¿han dicho los acampados en el Parlamento algo acerca de lo que quieren hacer con España, aparte de hacer demagogia y alcanzar el poder como sea?
Una separatista quema la constitución pero dice al día siguiente que no queria ofender ningún sentimiento. ¿Y si fuera al revés y otra anormal igual quemara el Estatuto y la señera?
Cuanto descerebrao anda suelto. Y algunos, dentro del Parlamento.
