Manuel del Rosal García

23.000 personas viven en Toledo bajo la amenaza del amianto

23.000 personas viven en Toledo bajo la amenaza del amianto
Manuel del Rosal García. PD

«Si una persona tiene sensibilidad que no se meta a político, si se hace político que se desvista de su sensibilidad»

El barrio de Benquerencia en Toledo es un popular y populoso barrio residencial colindante con el polígono industrial.

En él viven 23.000 personas entre hombres, mujeres y niños. A 300 metros de este barrio están tirados y desparramados 8.000 metros cúbicos de amianto desechados por la antigua fábrica Ibertubo cuando en el año 2002 fue cerrada.

Desde esa fecha las 23.000 personas que habitan en el barrio están expuestas a uno de los más temibles, silenciosos e implacables asesinos: el amianto.

La alcaldesa de Toledo, del PSOE afirma que «el amianto del barrio no es contaminante» No sabía yo que hay dos clases de amianto, el contaminante y el que no lo es. Según Podemos (Ganemos), la alcaldesa miente.

Las mediciones realizadas por la Consejería de Medio Ambiente en la Vía Tarpeya junto al polígono han certificado la existencia de fibras de crisollo, un amianto blanco, en el aire. Mientras unos dicen que sí y otros que no como la Parrala, los hombres, mujeres y niños de Benquerencia pueden llevar años inhalando dosis de amianto que penetran inmisericordes en sus pulmones; también puede ser que no sea así y que el aire que se respira en ese barrio sea puro, fresco y saludable. Ante semejante duda e incertidumbre sobre la verdad de un asunto tan importante para la salud – el amianto produce graves enfermedades, incapacidades e incluso la muerte – los políticos deberían tomar la única decisión que zanjaría el problema: llevarse los 8.000 metros cúbicos de amianto a un lugar donde a nada ni a nadie contaminen.

Y ya deberían habérselos llevado hace 14 o 15 años, pero debe ser que a los políticos que han gobernado en Toledo y en Castilla la Mancha a lo largo de esos años, la salud de 23.000 personas les importa muy poco o nada, igual a los políticos que actualmente gobiernan muy particularmente la alcaldesa de Toledo señora Milagros Tolón y el presidente de la Comunidad Castellano Manchega señor García Page, los cuales deben estar ocupadísimos en otros asuntos lo que les impide ni siquiera pensar que existe la posibilidad de que 23.000 personas puedan presentar – los síntomas de las afecciones por amianto dan la cara años después de haber invadido los órganos – cáncer de pulmón, de laringe, de páncreas, de estómago; Mesotelioma, un cáncer maligno de la membrana que recubre el pulmón; e incluso cáncer de colon.

Desconozco que títulos académicos adornan a la señora Tolón y al señor García Page, lo que sí puedo afirmar es que no tienen ni un modesto diploma en sensibilidad social y en preocupación por la salud de sus ciudadanos y, vamos, que una mata de habas o una piedra de río tienen más sensibilidad que estos políticos y los que anteriormente gobernaron en Toledo y en Castilla la Mancha, pero claro, es que la sensibilidad de los políticos en general se queda estancada en mantenerse en el poder o alcanzarlo. También estoy absolutamente seguro que, si esos 8.000 metros cúbicos de amianto estuvieran desparramados a 300 metros de su domicilio, ya no lo estarían porque la salud de sus señorías, que es una salud diferente la de los 23.000 vecinos de Benquerencia, se vería afectada.

Y ahora la paradoja política: Podemos, que permite gobernar al PSOE en Castilla la Mancha es el partido que ha denunciado por lo del amianto a la alcaldesa de Toledo, que también es del PSOE y que gobierna en el consistorio por el apoyo de Ganemos marca blanca de Podemos. Va a ser lo que dijo Ronald Reagan: «Dicen que la política es la segunda profesión más antigua. Me estoy dando cuenta de que cada vez se parece más a la primera».

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