Víctor Entrialgo de Castro

Jugar a las seis y media

Jugar a las seis y media
Víctor Entrialgo de Castro, abogado y escritor. PD

El Gobierno de la Nación torpe en tema de medios apoyó al grupo A3media en la quiebra de la Sexta, cuando ésta ya patrocinaba la irrupción de Podemos. Es evidente que el Gobierno, se pasó a las siete y media.

El juego de los gobiernos y otros con los medios de comunicación es a veces un juego vil,
 -ver Iglesias con periodistas-, y no hay que jugarlo a ciegas,
pues o te pasas o no llegas.
 Y el no llegar da dolor pues indica que mal tasas
 y eres de la otra cadena deudor.
 Mas ¡ay de ti si te pasas!
 ¡Si te pasas es peor!

Es el caso de la «entrevista pastel» de Jordi Evole a Otegui, que no se pasó por media, sino por unos cuantos pueblos, y por sólo Dios sabe qué extraño propósito teniendo en cuenta el panorama político vasco.

Pues ni aunque hubieran pretendido contribuir a la eventual división de Podemos y Bildu, cosa muy poco probable, no sería de recibo. Dentro de nuestra Constitución, no cabe medio de comunicación, ni nacional ni extranjero, que pretenda convivir, dando cuartel o resquicio alguno a los terroristas o a quienes no los condenan.

A quienes dicen lamentar el atentado de Hipercor porque murió gente «trabajadora», como si los asesinatos de los inválidos, los empresarios o los parados estuvieran justificados, que en realidad es lo que hicieron y lo que quieren decir y seguir justificiando. Quien ampara y difunde cosas como estas está conculcando nuestros valor más esencial que no es la libertad de expresión sino la vida. Claro que existe una jerarquía de valores, que es lo que algunos no acaban de entender.

Ya sabemos lo que ha hecho y ha dicho el señor Otegui acariciado por el tercipelo de un presentador que hace su carrera en el filo de del descaro pero que no hace las mismas burlas a todos los invitados. Paradigma del atrevimiento, el adoctrinamiento sibilino, la ironía político-ideológica y la burla o menosprecio de los demás, incluso de aquellos que le ofrecen su casa, su tiempo o su colaboración.

No vale todo. España sigue confundiendo lo legal, con lo legítimo. No todo lo que no constituye delito está permitido. Puede no merecer reproche penal, no estar prohibido, pero ser constitucional y radicalmente inaceptable, impresentable e indeseable, para quienes forman parte de una comunidad política libre y democrática y merecer un reproche social, que el pueblo manifestará ahora o no en la forma que mejor le convenga. Jugar a las siete y media tiene sus riesgos y si es en televisión, guayomi, sardá, buenafuente, evole, pueden dar cuenta de ello.

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