José María Carrascal

«¿De verdad piensan que con la desaparición de Rajoy mantendríamos la recuperación económica?»

"¿De verdad piensan que con la desaparición de Rajoy mantendríamos la recuperación económica?"
José María Carrascal. PD

José María Carrascal pide en su tribuna que en las nuevas elecciones generales no se vote con rabia o, dicho de otra manera, que no se deposite la papeleta para ir en contra de un determinado partido, especialmente para no repetir el espectáculo vivido en estos meses desde el pasado 20 de diciembre de 2015:

Con nuevas elecciones casi seguras -seguro no hay nada en política- el 26 de junio, los partidos preparan la campaña y tantean los frentes. Tras el fracaso de su asalto al poder durante los últimos cuatro meses, la estrategia de la oposición se reduce a un ataque en tromba contra Rajoy. Que se retire, se eche a un lado o lo haga el partido por él. Eso despejaría el camino para un gobierno que abordase con posibilidades los muchos problemas que tiene España, dicen. ¿De verdad lo creen? ¿De verdad piensan que con la desaparición de Rajoy mantendríamos la recuperación económica, estabilizaríamos la política, resolveríamos el problema catalán, etc., etc.? Si lo piensan son más ingenuos o cínicos de lo que parecen. ¿No será que tratan de disimular su falta de alternativas y, sobre todo, su división interna?

Subraya que:

Pues, si se fijan, en todos ellos se aprecian notables grietas. El pulso entre Sánchez y los barones del PSOE está a la vista. En Podemos, sólo la férrea disciplina leninista impuesta por Iglesias ha logrado evitar el cisma, pero veremos cuánto dura si sigue cometiendo errores. Y Ciudadanos se alió con el centro-izquierda, lo que puede pasarle factura en el centro derecha. Lo único que les une es echar a Rajoy. Pero eso es demasiado poco para ganar unas elecciones. Se necesita un programa, y ellos no lo tienen. Mejor dicho, tienen media docena.

Más, cuando las verdaderas elecciones van a ser estas. Las del 20-D fueron las primarias, en las que votó la rabia, la indignación, el desencanto con tantas cosas y personas, al comprobar que no éramos tan ricos como nos creíamos y ver cuántos sinvergüenzas se habían aprovechado de ello. Pero ahora es distinto. Ahora hemos comprobado que votar sólo «contra» no resuelve nada, que hay que votar «por» algo. Los partidos emergentes tienen derecho a intentar sustituir a los tradicionales: Podemos al PSOE, Ciudadanos al PP. Pero en el envite todos nos jugamos cuanto tenemos, así que cuidado. No estoy diciendo que tengamos que votar con la nariz tapada ni lo menos malo, sino lo mejor entre lo que hay. He escrito más de una vez que Rajoy ha cometido errores, graves algunos de ellos, pero acertó en lo principal: evitar el rescate. Sin él, estaríamos en la bancarrota. Y el hambre es mala consejera. Ahora se trata de una segunda Transición, que debe corregir los errores cometidos en la primera. Algo que sólo puede hacerse como aquella: con el consenso de la inmensa mayoría, empezando por los aún dos grandes partidos. En un principio pensé que, llegados a este punto, Rajoy debía hacer lo prometido: una nueva oferta formal a Sánchez de entendimiento, aunque sólo fuera para poner en evidencia su tozuda negativa a entenderse con él. Hoy, ya no estoy tan seguro de que sería una buena idea. Sánchez está amortizado y, con la vista puesta en el 27-J, conviene no exacerbar las relaciones PP-PSOE.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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