La Marea de Pérez Henares

El guapo ahora soy yo, Pedrito

Decían los exégetas de Pedro Sánchez que su posado de cuatro meses en pos de la investidura le suponía grandes réditos. Eso era lo que se pregonaba a cada instante por las terminales mediáticas. Algunos, pocos, nos atrevíamos a decir que los fracasos acaban siendo fracasos se los vista como quiera y que como tales cuestan y penan. Y cuando Sánchez se dio la costalada, porque costalada ha sido, se vio que el rey de la pasarela estaba desnudo. Muy desnudo y desnutrido tanto de escaños como de apoyos internos en su propio partido.

Se está viendo más que claro en los primeros compases de la pre campaña. Quien lleva la iniciativa es Pablo Iglesias que le quiere comer la merienda entera y le está abriendo boquetes por todos lados. Va a por el PSOE y no se corta ni un pelo en hacerlo ver y en hacer fintas a cual más sibilina para crearles problemas por todos lados. Lo primero ha sido la alianza con IU, que dirán lo que quieran, pero tiene con los pelos como escarpias a los socialistas que jamás como ahora han visto amenazada su hegemonía en la izquierda. Nadie se la podía discutir en las urnas desde el año 1977 y ahora se va a jugar en un puñado de votos. Sumarán mucho o poco pero son desde luego una amenaza. La que nunca alcanzó a comprender Sánchez, en su tosquedad política y en sus vesanias personales. Ahora nota el aliento de la izquierda radical en la nuca.

Pero lo peor es que tiene a buena parte de su partido entregado al “enemigo”. Porque tanto Puig, el valenciano, como los catalanes con Colau, como los aragoneses o los baleares, que han pactado con ellos y se sentían muy “estupendos” con sus sillones se dan cuenta de que quienes mandan son los otros y que a ellos el sorpasso ya se lo dieron, en varios casos, en las pasadas elecciones generales. La oferta de compartir senadores es envenenada. Con la zanahoria de quitárselos al PP, la jugada es la estocada definitiva a la hegemonía socialista. Cambia la correlación de fuerzas. Porque en realidad ya ha cambiado. O alguien cree en Valencia que Chimo Puig manda en algo. Monica Oltra es la líder allí de la izquierda y solo hace falta darse una vuelta y comprobarlo. Y ahora lo que hace es utilizar a esos socialistas a los que ha aupado pero tienen prisioneros como ariete contra su propio partido.

Iglesias tiene a Sánchez donde quería tenerlo y los reyes del juego del Agitprop televisvo le están preparando a los socialistas un “juego de tronos” que les puede dejar desalmenados. O espabilan o les dejan deshuesados. Porque a Sanchez, desde luego, ya lo tienen en cueros vivos. Solo quienes desde un primer momento supieron leer el peligro, como hizo Susana Díaz en Andalucía, tiene todavía bagaje y tropas para darles la batalla. Pero quien se ha dedicado a monear, dar paseitos y hacer requiebros solo encuentra ahora la bofetada de quien le dice: Ahora el guapo soy yo, Pedrito.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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