Antonio Casado

¿Despierta el PSOE o en realidad está ya muerto?

¿Despierta el PSOE o en realidad está ya muerto?
Javier Fernández, Susana Díaz y Guillermo Fernández-Vara.

El socialista Javier Fernández, presidente asturiano, ha declarado que «ni el PP es inalcanzable ni Podemos debe alcanzarnos». Es una forma de reconocer la ubicación del PSOE en tierra de nadie, entre los dos fuegos de la polarización que se avecina por cuenta de las fuerzas situadas en extremos del arco: el PP por la derecha y Podemos por la izquierda (ya en sindicación electoral con IU).

La tierra de nadie entre las dos fuerzas teóricamente ganadoras. una de las dos, es la que tradicionalmente estuvo habitada por la centralidad, templado y reino de la moderación. Esa tierra es del PSOE, que limita por la izquierda con Podemos. La comparte con Ciudadanos, que limita por la derecha con el PP.

¿Cómo puede afectar la polarización del PP contra Podemos y de Podemos contra el PP a los partidos centrados? De distinto modo, por supuesto.

La polarización inocula en el electorado la idea del voto útil, que se orienta hacia quien tiene posibilidades reales de gobernar. Eso perjudicará a Ciudadanos, cuyo modelo ideológico es gemelo del PP. Pero la polarización también es crispación, de modo que la agresividad de la izquierda sindicada (Podemos-IU) contra el PP, ignorando al PSOE, mostraría el retorno de muchos votantes progresistas hacia la izquierda moderada que representan los socialistas de Pedro Sánchez y Susana Díaz.

Ni uno ni otra se quedarán a verlas venir en ese tierra de nadie de la que hablamos. Deberán jugar bien sus cartas para convertirse en la opción «fuerte y ganadora» de la que habla la presidenta de Andalucía.

Por ejemplo, desactivando las descaradas maniobras de Pablo Manuel en su conocida estrategia respecto al PSOE: primero dividir y luego expropiar. Por ahí va la desautorización interna del presidente valenciano (Ximo Puig le estaba haciendo el juego a Podemos).

La osada oferta podemita de pactar a escala nacional con el PSOE las listas para el Senado también quedará desactivada tras el comité federal del sábado y la presentación de Pedro Sánchez como candidato a Moncloa, en Móstoles, por la presidenta andaluza, Susana Díaz. Los dos ya habían parado antes los pies a Iglesias. Aquel, con su «no gracias». Y esta, con su «basta de jueguecitos».

Todo eso es hacer bien las cosas. El propio Podemos les ha puesto en bandeja el argumentario. Empezando por ese cambio en el paradigma central de su discurso, que antes calificaba de «estafa» la dialéctica izquierda-derecha, a defensa de la «transversalidad» (abiertos a quienes solo distinguen entre los de arriba -la «casta»- y los de abajo -«la gente»-) y ahora acaba encamado con el viejo Partido Comunista empotrado en IU.

Además, sabe el PSOE que la suma por separado de Podemos e IU el 20 de diciembre no tiene por qué repetirse si van juntos el 26 de junio. Mas bien habrá que empezar a restar, puesto que, según todos los analistas, no hay votantes nuevos que sienten una irresistible atracción hacia la criatura concebida por al amor reñido-amor querido entre Iglesias y Garzón.

En cambio sí habrá votantes atraídos por uno u otro el 20-D que no los quieren si se ofrecen en pareja el 26-J.

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