Salvador Sostres critica a la alcaldesa de Barcelona por ese poema siniestro que ha colocado a las puertas de la Policía en la que, directamente, se arremete contra los agentes sin moderación alguna. ¿No tenía otro sitio donde colocar el ‘invento’?
Cualquier verso -Jacques Derrida lo dice- corre el riesgo de no ser nada, pero no sería nada sin ese riesgo. ¿Qué riesgo corre Ada Colau insultando a la Policía con un poema de Bukowski? Ninguno, porque sabe que no sólo la Policía no va a responder, sino que igualmente cumplirá con su misión de defenderla si en algún peligro se encuentra.
Es de cobardes atacar a quien sabes que no va a defenderse, y el mayor defecto del populismo es precisamente la cobardía, esta cobardía fundamental y despreciable que lleva a la alcaldesa de Barcelona a arremeter contra el sistema que garantiza su derecho a quejarse. Porque, así como nuestro modo de vida libre permite que los populistas expresen sus demencias, en el totalitarismo venezolano que Podemos y sus marcas blancas quieren importarnos cualquier disidencia está castigada con la cárcel e incluso con la muerte.
Es cínico que Ada Colau y su banda ataquen a la Policía, de la que luego se valen para mantener el orden público. Pero no puede extrañarnos, porque cuando estaba en la oposición su oenegé cobraba la friolera de 120.000 euros anuales para alertar al Ayuntamiento sobre las familias con riesgo de ser desahuciadas; y en lugar de hacerlo, permitía que los plazos expiraran para poder grabar el vídeo del desahucio y así tejer su propaganda.
Asegura que:
Un mundo sin Ada Colau es fácil y bellamente imaginable. Pero cuando la Policía y el Ejército de un Estado democrático dejan de existir, o actúan amedrentados, las peores tiranías se imponen, causando no más que miseria y estragos.
Y añade:
Ser valiente nunca será insultar a quien sabes que invariablemente cumplirá tus órdenes. Ser valiente no puede ser apelar a las pasiones más bajas ni buscar el aplauso de los que sólo saben guiarse por sus pulsiones más primarias. Ha hecho falta mucha, mucha Policía para que los genios fueran libres de escribir su mejor poesía.
