Luis Ventoso

«A Podemos hay que recordarle que la mentira es siempre una moto con poca gasolina»

"A Podemos hay que recordarle que la mentira es siempre una moto con poca gasolina"
Luis Ventoso. PD

Luis Ventoso se ceba de lo lindo y con razón con Pablo Iglesias a cuenta de sus mentiras:

Vaya, vaya. Se confirma: ¡eran humanos! Al final, después de epatar a los votantes de PSOE y PP con su desprecio y su sacarinoso buenísimo, resulta que respiraban, miccionaban… y faltaban a la verdad con desparpajo. Eran clavados a la denostada casta. Pero con el agravante de que su capacidad de gestión corre pareja a la de Meat Loaf para danzar cual bailarina del Lago de los Cisnes (véase la parálisis en esos ayuntamientos que les regaló el inteligente Sánchez). Si yo fuese uno de aquellos chavales que de buena fe se fueron a arreglar el mundo en las tiendas de Sol, me sentiría estafado. Exigiría al profesor Iglesias que se corte la coleta, salga de la arena pública y televisiva y se largue a casa (a su legendario piso del Puente de Vallecas, del que este vástago de buena familia alardea como ejemplo de modestia proletaria sin acabar de contar toda su historia). En una democracia de más solera, Iglesias se habría visto forzado a dimitir. ¿Por qué? Pues por algo sencillo: por haber mentido a los ciudadanos españoles sobre los pagos de Chávez.

Detalla que:

Un partido de implantación nacional no se crea de la nada. Hace falta dinero, y mucho (por cierto, se sigue esperando un gesto de transparencia contable de nuestro otro gran regenerador, «Lecciones Rivera»: ¿de dónde salió el parné para armar Ciudadanos?). Desde la aparición de Podemos, algunos periódicos, y de manera destacada este, informaron de que una fundación vinculada a los líderes podemitas había recibido importantes pagos de Chávez. Pero este año, ABC desveló algo más. Publicó los documentos que probaban que la financiación venezolana había posibilitado la creación de Podemos (para que los del siglo pasado nos ubiquemos: hablamos de más de mil millones de las viejas pesetas). Y aquí llega la inmoralidad de Iglesias. Preguntado, siempre lanzó balones fuera y desmintió los cobros. Hace solo unos días, en una entrevista con Carlos Herrera, lo negó claramente mediante evasivas.

La mentira es siempre una moto con poca gasolina. Interrogado por la policía española, el que fuera ministro de Finanzas de Chávez ha ratificado los pagos del régimen a la fundación CEPS, germen de lo que hoy es Podemos, y ha detallado con nombres y apellidos el apoyo del líder bolivariano a los líderes de Podemos, Iglesias incluido. La exclusiva ocupó el viernes las portadas de ABC y su web. La prueba del documento físico y el testimonio del ministro acreditan que Iglesias Turrión se ha choteado del pueblo español («la gente», en su jerga pandi-chupi).

Finaliza recordando que:

Propugnar a estas alturas el regreso del comunismo es un disparate (es lo mismo exactamente que defender el fascismo, otra ideología criminal). Hacer proyecciones económicas donde de una tarde a otra les bailan 30.000 millones refleja su amateurismo e incompetencia. Haber comenzado a señalar a la prensa libre indica la matriz totalitaria del invento. Pero mentir al público con toda la jeta es una infamia que debe obligarte a irte. Como Nixon, o como Soria. No hacen falta tribunales. Hay justicia y también hay ética. Iglesias ni se planteará un gesto como el que honró a Soria, porque hoy ya los conocemos: peores que la casta.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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