Víctor Entrialgo de Castro

Cataluña, hacia el partido único

Cataluña, hacia el partido único
Víctor Entrialgo de Castro, abogado y escritor. PD

Lo más opuesto a pactar en beneficio del interés general es hacerlo con el diablo. Y el colmo es hacerlo cuando te estás quemando, en pro de unos cuantos intereses particulares. En Cataluña la extrema izquierda radical se pliega a la derecha burguesa catalana de toda la vida contra la que llevan un siglo organizada.

Esta última, la de los Pujol, Más, Puigdemont y Trías, el último paraiso en la tierra que se conoce, se arrodilla ante la izquierda anticapitalista antisistema que quiere salirse de Europa y del mundo y hacer por su cuenta la guerra de las galaxias. Los liberales se pliegan a los marxistas leninistas y los comunistas votan a los ladrones que se han llevado el dinero de los catalanes a Andorra, Jersey, el Caribe o Lienchestein.

Este totum revolutum sí que es una auténtica «Convergencia política de Cataluña.» Todos ellos, además de violar la Constitución del país que les ha dado las libertades, la que votaron mayoritariamente sus conciudadanos, han renunciado, parece ser, a las ideas, la dignidad y los principios.

Todos van a la búsqueda de «la pela negra» el buque pirata de los Pujol que les ha robado a todos pero al que curiosamente ni atacan ni mencionan en busca del tesoro de las instituciones y el reparto del botín y las subvenciones. El alcalde de Gerona, empujado por Mas a la Generalitat, como empujaba el capitán Garfio a Peter Pan a los tiburones, ha dicho que «se va a dejar la piel». El problema es que, tratándose de piratas, no se la quiten.

Mientras, el resto de España espera la resurrección del seny y un Gobierno que haga valer la Constitución y evite que un fraude de ley, -el uso «retorcido» del texto de una norma para conseguir un resultado prohibido por el ordenamiento jurídico,- siga dándonos la murga a los españoles, incluidos los catalanes, sine die.

Es curioso comprobar que en Barcelona, ciudad donde Franco era más vitoreado, nadie sabe donde estaban entonces tantos separatistas y anarquistas como brotan hoy en los telediarios.

Este guirigay de los que pelean por la herencia del pujolismo esconde el final de la dignidad y los principios. El asalto ávido del poder, que en forma de corrupción o subvención, para los unos y para los otros, sigue siendo la pela. Con Omnium cultural, la discriminación del español y esta «Macedonia ideológica», Cataluña, como Corea del Norte, camina hacia el partido único.

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