Jesús Millán Muñoz

«Yo puedo lo que puedo” y “Esto no es”

"Yo puedo lo que puedo” y “Esto no es”
Jesús Millán Muñoz. PD

Esta primera frase dicha en estas últimas semanas en los foros de Hispania creo que es una de las grandes frases que se han dicho en estos años en el tema de la sociopolítica.
Como todo enunciado se puede entender en distintos sentidos, pero creo que acierto en indicar, al menos una de las posibilidades. La segunda gran frase la pronunció Ortega hace ya tantas décadas.

Pero ambas ideas o enunciados creo que se interrelacionan y se complementan y nos pueden dar luz en el magma y laberinto y espiral y cueva en la que estamos incrustados.

1. En un panorama tan convulso y con tantas incógnitas y con tantas imprevisibilidad en el presente y en el horizonte y en el ruedo ibérico, creo que es una frase dicha en un contexto popular, ante una pregunta o requisitoria de una persona del pueblo al Jefe de Estado, creo que es una respuesta popular, pero una de las más profundas y esenciales que se han indicado. Y que creo que centra la realidad sociopolítica del panorama celtibérico…

Se podría traducir por otras semejantes, cuánto alguien llega a Urgencias de un hospital, el médico «puede hacer lo que puede hacer», cuando alguien realiza un examen sea del tipo que sea el evaluador «puede hacer lo que puede hacer», en la vida doméstica, los progenitores, llega un momento «que pueden hacer lo que pueden hacer».

No es que no deseen hacer más, sino que no pueden hacer más. Por eso, el enfermo debe intentar llevar una vida lo más sana posible para no caer enfermo o hacerlo en el menor grado de gravedad posible… Porque después cuándo se pierde el norte encontrarlo es muy difícil, es mejor prever que curar después, es mejor sanar antes que remendar después…

2. En el panorama sociopolítico hispano todos los que estamos en el ruedo y en las tribunas y en los asientos de todos los niveles y categorías, todos los que estamos en el sol o en la sombra solo nos queda «darnos cuenta de la realidad de la realidad…». Los voluntarismos y las grandes frases y los grandes eslóganes y las grandes máximas y las grandes utopías quedan bien, para obtener respaldo o incluso votos, pero la realidad es la realidad… las buenas voluntades tienen que asimilarse y tienen que equilibrarse con la misma realidad, es decir, con lo que las ciencias sociales nos indican, sea la económica y el resto de ciencias sociales, o sea con la voluntad de todos los integrantes de la sociedad…

Guste o disguste la sociedad, está formado por distintos elementos o agentes, como queramos, en la tradición clásica de Smith, existe el capital, existe la tierra, existe el trabajador… O los tres integrantes se ponen de acuerdo, o se rompe la baraja. Ahora diríamos que existe un cuarto, el Estado. El Estado como integrador de todas las partes… si una parte o si un tipo de agente considera que las condiciones son impropias o les perjudican gravemente, entonces acabamos en los toriles, no sabemos si herido de muerte el toro, el torero, el público porque se ha saltado el toro las barreras, los banderilleros…

Dicho de otra manera, si no buscamos, de verdad, con buena voluntad y con buena intención, con sentido común y con racionalidad, el sano realismo y la esperanza prudente y real, la baraja se rompe, la partida se termina y la corrida de toros no sabemos cómo puede terminar y como puede acabar… Esta es la realidad… porque si el capital restringe su inversión o se marcha o no viene el suficiente, entonces habrá más desempleados, porque el dinero como el viento va a dónde quiere, si el trabajador o la clase social trabajadora, donde estamos millones, pierden la esperanza, pierde la paciencia, pierde el sentido común, pierde la racionalidad, cae en la desesperación y toma posturas no prudentes, en su voto o en sus decisiones, pues al final sucede lo mismo, el toro en vez de permanecer en el ruedo, se salta las barreras, y si la «tierra», en este caso la industria y toda la actividad económica, no siente que hay futuro, que no hay permanencia y realismo, parte de ella o gran parte trasladan sus producciones a otros países o a otros lugares, como casi toda la gran industria es ya internacional, van cerrando o van dejando en casi nada, las industrias de Hispania y cambian sus sedes, oficial y extraoficialmente a otros lugares… en cualquier caso la baraja se rompe, la corrida de toros termina o gran parte de los presentes acaban «heridos»…

Solo podemos salir de este atolladero, haya tenido la responsabilidad o culpa, todos, no solo unas partes, y no solo unos agentes, sino todos. Ciertamente en distinto grado o proporcionalidad de responsabilidad… Si todos y entre todos miramos hacia un «mismo objetivo que es la paz y la estabilidad y salir de esta multicrisis», y no en tiempos «revueltos cada uno quiere obtener unos fines diferentes, unos la secesión del Estado, otros nuevas formas no moderadas de Estado y de sociedad, otros…».

Porque no olivemos el título de este artículo, cuando se complica la cosa «cada uno puede hacer lo que puede hacer…». Y no puede hacer más, por tanto, hay que «intentar que no se complique más para que cada uno haciendo lo que puede y debe hacer, se salga de este embrollo y no embrollarla más». Cada uno con su voto, cada uno con su gestión en su trabajo o en su empresa o en su cargo político, y cada partido buscando el consenso y el bien común y general de toda Hispania y no solo de un trozo, ni solo de una ideología sociopolítica…

Y por último si el Estado, que es el gran agente moderador y conductor, pierde su mesura, pierde su racionalidad y su sentido común y se embarca en idealismos o utopías, nuevas o antiguas o antiguas nuevas o nuevas antiguas, entonces toda la baraja se rompe, el toro sale del toril ya con las banderillas puestas…

Si los presentes vivos y existentes, en vez de pensar tanto lo que le pasó al bisabuelo o a la abuela, en vez de eso, que piensen más en sus nietos o nietas, reales o posibles. Dejemos al pasado que no nos entierre el futuro, ni el presente. Todo el mundo tiene heridas de un color o de otro, algunos de los dos, no dejemos que la sangre del pasado llene de sangre el futuro y el presente… los traumas hay que superarlos o al menos vendarlos, porque los traumas producen otros traumas si no se controlan…y con los traumas no se pueden gobernar, ni gestionar ni sociedades, ni pueblos, porque los traumas acaban descontrolándose en las personas que los sufren, y al final terminan descontrolando la sociedad… los traumas en la política son muy peligrosos, demasiado peligrosos… ¡acaso es que no lo hemos visto en el siglo veinte…! ¡Sean los traumas de los individuos del pueblo, sean los traumas de las personas que gestionan una sociedad, una industria, un Estado, una ideología…!

A buen entendedor pocas palabras bastan. Pero me temo que no servirán para nada éstas… parece que hemos llegado en Iberia a una especie de autosuicidio sociopolítico, y cada vez nos encaminamos más hacia él. Las intenciones de voto, en vez de corregir los resultados, y caminar hacia una moderación prudente, soportar la crisis lo mejor posible para tener más futuro en el futuro y en el presente, parece que hemos caído en la desesperación más profunda que nos puede llevar a imprevisibilidades, más incógnitas, más incertidumbres, en definitiva más «lío, y por tanto ante la incertidumbre el capital se marcha o no invierte lo suficiente o no viene lo suficiente, y por consecuencia más desempleo, más crisis a la crisis»…

2. Es más fácil destruir que construir, para destruir un puente cualquiera lo puede hacer, con los elementos necesarios, para construir se necesita mucho tiempo, muchos materiales, mucho saber y mucha prudencia…

Se pueden poner de acuerdo dos o tres elementos o variables o agentes sociopolíticos para destruir, pero después para construir… es otro cantar.

¿En Hispania parece que hay dos elementos enormemente disolventes, unos quieren la secesión, otros quieren aplicar fórmulas sociopolíticas no moderadas…?

¿Los primeros olvidan que un Estado es más Estado y cada ciudadano y el mismo Estado tiene más soberanía cuánto más grande es ese Estado en todos los parámetros, territorio, economía, recursos humanos, etc., y a un Estado mayor, mejor puede hacer frente a todos los imponderables y todos los retos que están ya en el horizonte y otros que desconocemos… Los segundos, solo tienen en cuenta una tradición, y no tienen ni siquiera en cuenta, aquello «que no importa si el gato es blanco o negro, sino que cace ratones…». Idea que les está llevando a ser ya la segunda gran potencia económica del mundo, y pronto serán en todas las demás variables…

O se le explica al pueblo la realidad de la realidad, y sigo pensando que igual, que el pueblo, yo y el vecino y el otro, acepta y tiene que aceptar que hayan fallecido sus progenitores o lo hagan en el futuro. Si se nos explica también entenderemos que tenemos que superar esta crisis con realismo y con sentido común y con racionalidad y con prudencia y con el auténtico saber y con las auténticas definiciones de las ciencias sociales, y no con fórmulas que terminarán como el rosario de la aurora, en el mejor de los casos…

Y la clase dirigente, sea económica o política o social o cultural o religiosa o ideológica, coge la bandera del consenso, del acuerdo, de la paz, del sentido común, de la racionalidad y del futuro mejor… Estamos en Urgencias, estamos en estado grave, la cuestión es salir mejor, aunque no totalmente recuperados, o morirnos o fallecer o quedarnos en un estado de cronicidad sine die… quizás, no podamos ya volver como estábamos en el pasado, pero al menos, no caigamos en una cronicidad con consecuencias impredecibles… En 1990 éramos el octavo país del mundo en PNB, en 2011 ya no estamos entre los diez primeros…

O explicamos al pueblo y el pueblo asume la realidad de la realidad a la luz de los datos y hechos verdaderos y a la luz del saber más ortodoxo, o caeremos en una espiral hacia un fondo que no podemos prever… porque son muchos los retos mundiales y en el mediterráneo y nacionales. En otros artículos en este medio los he ido indicando…

3. Para terminar no olvidemos la gran frase del gran artículo de Ortega, «Esto no es», Esto no es lo que debe ser la República se refería, pero aplicado ahora, esto no es lo que debería ser la democracia, ni lo que se pactó hace casi cuarenta años… si se rompe la baraja, no sabemos si alguien ganará, pero desde luego la inmensa mayoría de la población, de todas los estratos sociales, y la mayoría de los territorios de la Península Ibérica perderán, y quién gane serán otros, que quizás ya en sus cabezas, se están repartiendo, a medio plazo, las grandes chuletas y solomillos de la Piel de Toro, del Toro que se está toreando a las cinco de la tarde de esta primavera, ahora vuelto a torear en esta tarde de este verano…

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