Jesús Millán Muñoz

¿Desesperación e incultura del pueblo como arma política?

¿Desesperación e incultura del pueblo como arma política?
Jesús Millán Muñoz. PD

¿Se está utilizando la desesperación y la angustia y la desesperanza del pueblo como arma política?

¿El pueblo en general, no tiene suficiente cultura política y económica y formación en teorías sociales y se está utilizando esa incultura para llevarlo hacia determinadas direcciones?

¿La desesperación y la angustia y la incultura unidas están llevando al pueblo hacia posturas no racionales, no realistas, más radicales, más utópicas que al final pueden agravar más la situación, en vez de enderezarla…?

¿Siempre se ha dicho en la teoría política que los pueblos incultos se gobiernan mejor, pero es cierto esto, o los pueblos más incultos se gobiernan peor, porque no aceptan la realidad y por tanto, caen más fácilmente en la desesperación, en la irracionalidad, en la radicalidad, en las utopías no posibles…?

¿Al ser más frágiles de pensamientos, de conocimientos, falta de acumulación de datos, de ideas…?

1. Todo lo que se diga sobre esta cuestión, como sobre todo, más en un artículo es imposible se acierte en el punto equilibrado y armonioso. Por lo tanto, parto del hecho de que es imposible fijar esta cuestión, pero es absolutamente necesario precisar unos puntos o unos parámetros, para ver si se puede poner un poco de orden en esta cuestión…

– Yo soy pueblo, yo formo parte del pueblo, por tanto, se me aplica todo lo que indique, tanto bueno como menos bueno…

¿Hay que preguntarse dos tipos de parámetros o de influencias…? ¿La situación social y sociopolítica como diría Clausewitz es confusa, la «niebla de la guerra», aplicada a esta cuestión diríamos la «niebla de la cuestión sociopolítica económica»?

¿Habría que analizar cuales son los estudios oficiales del pueblo o de la población…? ¿Cuántos datos y conocimientos tienen de cuestiones en relación a la sociedad, a la política, a la economía…?

¿Porque cada persona o individuo ejerce su derecho al voto, según sus intenciones, sus intereses, sus metas, sus ideas, sus conocimientos, y la situación en la que se encuentre…?

– Es desde Rousseau, y la voluntad general, un axioma o casi un dogma de fe, que el «pueblo no se equivoca», ¿pero la cuestión es si el pueblo se puede equivocar en sus opciones sociopolíticas, si no todo el pueblo, una parte del pueblo…? ¿Debido a intereses no demasiados racionales, a irracionalidades, a no tener suficientes conocimientos sobre la cuestión pública en todos sus parámetros, debido a situaciones concretas de mucho sufrimiento y angustia, etc., puede equivocarse en la decisión de la opción personal, del voto?

¿Evidentemente lo mismo puede hacerlo personas muy cultas y muy ilustradas, debido a intereses, ideologías, irracionalidades, traumas familiares heredados…?

– ¿Diversos grupos o ideologías ante el sufrimiento del pueblo, ante el «hambre o la desesperación de parte del pueblo», puede ofrecer soluciones y respuestas al mismo pueblo, que no son realistas, pero que son las que parte de ese pueblo quiere oír…?

¿Contraviniendo el antiguo adagio, a veces, lo ideal o lo mejor o lo utópico va en contra de lo bueno y de lo conveniente…?

– ¿Quizás se haya tenido mucho tiempo dándole zanahoria al pueblo, y no explicándole que las zanahorias se terminan, o no explicarle de dónde han salido esa cantidad de zanahorias…? ¿Quizás haya que explicarle al pueblo, los errores económicos que parte de la población ha cometido, igual que comete y cometemos otras clases de errores y también los errores de las elites…? ¿Incluso explicarle al pueblo, que quizás haya cometido errores de opciones políticas de modo puntual, llevado por la irracionalidad, el momento presente, y no por la racionalidad y el sentido común, distinguir lo real de lo posible, de lo imaginario y de lo utópico…?

¿Explicarle al pueblo, que quizás en un momento determinado interesa tenga el poder determinada opción política, que quizás pueda salvarnos del bache, y no necesariamente la fuerza ideológica en la que tú crees, porque lo bueno y conveniente a veces, va en contra de lo utópico e ideal…?

2. ¿No sería mejor enseñar, en un tiempo de crisis, crisis con muchas raíces y razones, enseñar al pueblo la verdadera realidad, en todos los parámetros? ¿Y enseñar al pueblo por parte de la clase política, pero incentivar que lo hagan los grandes especialistas de esa sociedad, especialistas en economía, en política, en geoestrategia, en geopolítica la verdadera realidad que sucede, y las teorías o concepciones más ortodoxas que existan…?

¿Si se enseña al pueblo, la realidad real en sí, y las interpretaciones más correctas que las ciencias sociales nos otorgan y nos ofrecen, el pueblo no escuchará…? ¿Lo que de verdad nos dice la ciencia política, la ciencia económica, y demás ciencias sociales…? ¿Acaso no tenemos suficientes especialistas en la sociedad y en el país y en el Estado para realizar este trabajo…? ¿Acaso no tenemos suficientes medios de comunicación para enseñar al pueblo, la realidad y no solo la utopía de la realidad…?

¿Si parte del pueblo ha perdido a sus padres o parte de ellos, incluso a algún hijo, y lo sobrellevan, por qué no van a soportar el sufrimiento de la realidad, si se les explica la realidad, la auténtica realidad, y la explicación a la realidad, y cómo salir de esa realidad, o al menos lo menos malo mejor que lo pésimo, lo más bueno y no lo más malo…?

¿Acaso es que somos de otra pasta o de otra especie diferente a los alemanes, franceses y otros pueblos de Europa…?

– ¿Si se le explica al pueblo la realidad, quizás se dé cuenta que hay que olvidar las frustraciones y traumas que en cada familia se han ido transmitiendo de lo que le pasó al abuelo o bisabuela hace ochenta años, y pensar más en el bien de tu hijo, nieto o biznieto y de ese modo evitar los males que podamos a las generaciones futuras…? ¿Pensar más en el futuro y menos en el pasado, pensar más en los nietos y menos en los bisabuelos…?

– ¿Hay que pensar en el bien común y en el bien general, y armonizar el bien particular e individual con el bien común y general…?

¿Las distintas ideologías y grupos sociopolíticos deben buscar el bien general y común, y de ese modo buscar e intentar encontrar el bien particular de millones de individuos…?

¿No solo hay que pensar en el bien del partido o de la formación sociopolítica sino en el bien de la sociedad y del Estado, porque ambos bienes contribuyen al bien del individuo…? ¿Armonizar el bien de individuos, colectivos-grupos con el bien general y común…?

– ¿En tiempos de crisis, y más si esta crisis es muy grave, no se pueden abrir nuevas crisis, bastante es ya la crisis económica, para que además se abran nuevas crisis políticas, nuevas crisis institucionales, nuevas crisis que pueden existir en el horizonte…?

¿Al pueblo hay que enseñarle que los de Hispania no están solos en el planeta, y que existen otras realidades sociopolíticas y otros intereses…? ¿Qué el Mediterráneo está en una situación muy compleja… y que hay muchos intereses, externos e internos a la Península Ibérica no claros, pero que les convienen que nuestra sociedad y nuestro Estado esté debilitado, esté en crisis permanente, que esté de rodillas porque unos mueven el nogal y otros recogen las nueces…?

– No es una solución insultar al pueblo, porque al menos, yo creo que soy pueblo, y el pueblo somos todos. Y el pueblo lleva sobre sus espaldas el peso de la historia. Ciertamente también existe la clase que dirige y gestiona al pueblo, clase que es compleja, formada por las elites políticas, las elites económicas, las elites culturales, las elites religiosas, las elites técnico-científicas… El pueblo tiene sus defectos, a veces, graves defectos, pero el pueblo, el pueblo también tiene sus virtudes, a veces, grandes virtudes… Las élites también tienen sus defectos y sus obscuros intereses, pero también tienen sus grandes virtudes y sus luces y claridades…

– No caer en los errores de siempre, el otro no es el enemigo, el otro puede tener otras ideas, el otro puede saber otros datos, el otro tiene otros intereses que pueden ser legítimos y morales y legales, el otro tiene otras vivencias y experiencias… pero el pueblo y la sociedad está formada por todos, y por tanto, entre todos hay que ponerse de acuerdo, consensuar, mirar la realidad auténtica, interpretar según el saber más auténtico posible…

– ¿Analizar de verdad los propios intereses, si son de verdad convenientes para mí, y son de verdad convenientes para la sociedad y para todos, y para el bien común…? ¿Armonizar los propios intereses con el bien común y general…, y el bien común y general con los propios intereses…? ¿Quizás esto sea muy difícil, porque además entra en ello la propia ideología, las propias vivencias y experiencias, los traumas adquiridos, las empatías, las racionalidades y las irracionalidades, la endoculturación familiar y escolar y social y ambiental…?

– ¿No echar la culpa de todo el mal social, a la clase política y a la alta clase económica, quizás nosotros como individuos o como formando parte de un estrato social, de diversos colectivos hemos cometido errores económicos, tanto en tiempos de vacas gordas, como en tiempos de vacas flacas…? ¿Quizás hayamos cometido errores u opciones políticas y económicas equivocadas, no solo ahora, sino en tiempos pasados, quizás hayamos cometidos errores y opciones afectivas y sentimentales equivocadas? ¿Quizás no nos hayamos esforzado suficiente en nuestra formación y en nuestra educación, en tiempos de vacas gordas, quizás hayamos derrochado en los buenos tiempos, nuestras posibilidades, nuestras opciones, quizás no hayamos trabajado suficiente…? ¿Quizás males que estamos sufriendo han sido debidos, no a la clase política y económica, sino a otros factores, que no nos atrevemos a pensar, porque entran dentro de nuestra más profunda intimidad…?

3. No sé lo que sucederá en las próximas semanas y meses, pero creo que es absolutamente necesario que al pueblo se le muestre la verdadera realidad, y se le enseñe como las ciencias sociales ortodoxas explican dicha realidad. Y por otro lado, el pueblo tiene que hacer un esfuerzo en los próximos meses y años de formarse lo más posible, para tomar soluciones mentales y conceptuales y conductuales y electorales correctas, o lo más correctas posibles, es decir, aquellas que sean las más realistas posibles, se alejen de la irracionalidad, se alejen de la desesperación, y respondan mejor a lo que las ciencias sociales nos indican.

Se dice que el pueblo inculto se gobierna mejor, yo siempre he dudado de esta afirmación, creo que un médico cuando le llega su última enfermedad, como sabe de qué va la cosa, y sabe y conoce diagnósticos y pronósticos, asume con más racionalidad y tranquilidad dicha enfermedad. Y por tanto, toma soluciones personales y vitales más correctas. Y cómo sabe de medicina, entiende mejor si una enfermedad es muy grave o es menos grave, y sabe de forma más fehaciente las soluciones más correctas y adecuadas…

¿Pero la pregunta sigue en pie se está utilizando la desesperación-angustia-hambre del pueblo o parte del pueblo como arma política para llevar al pueblo hacia ciertas direcciones…?

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