Julia Navarro

La Cenicienta de la politica española se llama ‘Cultura’

La Cenicienta de la politica española se llama 'Cultura'
Julia Navarro. PD

No se si habrán dado cuenta pero en esta nueva campaña electoral la cultura vuelve a brillar por su ausencia.

Nuestros políticos son así, no tienen espacio en su agenda para nada que tenga que ver con actividades culturales. Es más, suelen creer que hacer caso a la cultura es ir a la Gala de los Goyas, que está muy bien que vayan ¡faltaría más! pero que se queda solo en un gesto porque luego tampoco hacen nada por el cine español.

Así que la cultura es la Cenicienta de la política española por más que en algunos partidos cuenten en sus filas con personas que conocen bien cuales son los problemas de los creadores de cultura, ya sean escritores, cineastas, músicos, editores, etc.

Estoy pensando en Marta Rivera de la Cruz, que se está implicando como nadie para conseguir que por ejemplo los escritores puedan cobrar su jubilación y seguir escribiendo.

Marta me cuenta que ya tiene preparado una iniciativa parlamentaria para cuando se abran las nuevas Cortes resultantes de las elecciones.

Ana D’Atri también se conoce al dedillo los entresijos del mundo de la cultura, aunque no sé si Pedro Sánchez la escucha todo lo que debiera.

El caso es que los líderes políticos viven de espalda a la cultura y así nos va. Parece que ignoran que la industria cultural se acerca al 4% del PIB y que da trabajo a unos cuantos miles de personas.

Es urgente acabar con el IVA cultural, el PP se retrató bien retratado subiendo el IVA a cines, teatros, libros digitales, etc. Como lo es que las Bibliotecas Públicas puedan volver a invertir en comprar libros porque desde las Administraciones, las autonómicas, les han dejado sin presupuesto.

Luego está resolver de una vez por todas el problema que apuntaba el de que los escritores puedan seguir escribiendo a partir de los 65 años cobrando naturalmente su pensión. Precisamente sobre este asunto se ha organizado un debate en el marco de la Feria del Libro de Madrid. Y es que hay que ser «tarugos» para enviar a «casa», para condenar al exilio interior a todos aquellos que escriben. También hay que revisar las exiguas ayudas al cine y dejar de recortar en la gestión de los museos amén de fomentar el conocimiento de la música clásica haciendo que deje de ser cosa de élites y… etc, etc, etc.

Pero qué quieren que les diga, soy pesimista. Para nuestros políticos la cultura es el menor de sus problemas, en realidad no es ni siquiera un problema menor, simplemente no está en sus agendas. ¡Pobre Cenicienta!

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