Santiago López Castillo

Los ex dan la nota

Los ex dan la nota
Santiago López Castillo. PD

No pueden estar callados. Están a la que salta. Aznar, en plena precampaña electoral, mete cuñas a su nominado Rajoy y éste, calla, lo que no quiere decir que otorgue a sabiendas de que no es bueno echar leña al fuego en las piras donde ya ardió alguien y la política es una hoguera de insaciable combustión que avivan los que se dedican a ella y, cómo no, una caterva de colegas periodistas que buscan el catastrofismo para ser alguien en una profesión en la que no son nadie.

Por otra parte, el nefasto Rodríguez Zapatero tiene salvoconducto permanente con la dictadura bolivariana. Es recibido por el dictador del dictador porque comparte, grosso modo, los postulados del chavismo. De ahí que El Coleta advierta a los críticos de ZP que «está haciendo un gran trabajo, y que le dejen en paz». Se entiende con Maduro. Albert Rivera, de otro lado, el Niño de la Bola (vale la acepción trola), como tiene inclinaciones populistas se fue a la maravillosa nación caribeña. Ni flores. Pero hizo ruido, que es a lo que se dedican estos imberbes de nuevo cuño. A nadie del PP ni se le ocurra redimir a los presos políticos del régimen bolivariano, porque será tratado de fascista o franquista. Me quedo, desde mi experiencia como director de TVE en el Parlamento español, 40 años nos contemplan, con Felipe González que tiene miras estatales y es creíble a nivel internacional. No el chiquilicuatre de ZP.

Y ya que tiro de la retrospectiva, y habiendo conocido como he conocido a todos los jefes de Gobierno de la democracia, Leopoldo Calvo-Sotelo fue, en mi opinión, el más culto de cuantos nos gobernaron. No tenía carisma, que es lo que le achacan a Mariano Rajoy, pero era un hombre educado y guardo una fotografía de una audiencia en la Moncloa en la que me saluda sonriente, gesto nada habitual en él. También le conocí en su casa de Somosaguas, nada más relevar a Adolfo Suárez. Pero guardo el siguiente pasaje al vencer el PSOE en 1982. Yo estaba en el palacio de presidencia del Gobierno con unidad móvil de TVE, única e intransferible. Íbamos a entrar en directo:

– ¿Qué me a preguntar usted?

Le dije que si se encontraba con fuerzas hasta la investidura de González tras el hundimiento de UCD y él en primera posición. A lo que respondió:

– ¡Es usted un impertinente…!

Algo por el estilo, echando la vista más atrás, me dijo el por aquel entonces Cortina Mauri, a la sazón ministro de AA. EE. sobre la entrega a su suerte del pueblo saharaui (a Marruecos). Quiero ver en el espacio a unos presidentes que hicieron lo que pudieron, unos más y otros menos, y a Calvo-Sotelo entrando en el Congreso con «Le Monde Diplomatique», hablaba cinco idiomas y nunca se cagó en Dios.

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