Manuel del Rosal García

El debate y el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles)

El debate y el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles)
Manuel del Rosal García. PD

Vimos el debate. Mi mujer y yo vimos plácidamente el debate porque no hubo ni la más mínima tensión, ni tensión ni fuerza; parecía como si los problemas que acucian a España no existieran de lo formal y correcto que fue todo.

No había pasión por nada salvo por descalificar al contrario, para que el ciudadano lo viera como un problema mientras él se mostraba como la única solución. Nadie aportó nada de lo que harían por y para España y los españoles, salvo generalidades y el único que aportó datos fue Rajoy. Nos fuimos a la cama con la impresión de que, si el guion de estos cuatro candidatos no se modifica después del 26J, nos vemos votando en Navidad.

Rajoy se mostró tranquilo, en modo gallego con retranca y manifestándose igual a como lo ha hecho desde el 20D, demostró una vez más que es un pragmático, que no es poco según estamos. Pedro Sánchez, fiel al mantra que sus asesores le impusieron desde antes del 20D, atacó una y otra vez a Rajoy, pero sin ni siquiera arañarle; Sánchez semejaba esa cabra que, abandonada en un taller mecánico, ni sabe dónde está, ni sabe dónde va, ni conoce nada de lo que le rodea.

Rivera dio mandobles a diestro y siniestro, ciegos mandobles con los pies asentados y separados para poder soportar el peso de la espada arcangélica con que los daba; Rivera, en la creencia de que está limpio de culpa, lanza piedras a los dos lados sin reflexionar en que una puede herirle a él.

Por último, el señor Pablo Iglesias que apareció sin corbata, esa corbata a modo de lánguido fular, que se cuelga del cuello cuando es socialdemócrata, porque tocaba ejercer de comunista (lo que es); se postuló de presidente ante Sánchez al que le insinuó que le garantizaba algún carguito, y se cabreó estentórea y ostentosamente cuando Rivera le sacudió con su espada arcangélica en los morros sobre lo que debe a los bancos y lo que recibe de Venezuela.

Todos ganaron, es curioso que en política todos ganan; no es como en el fútbol que se gana, se pierde o se empata. No, en política todos ganan. Lo cierto es que ganar, lo que se dice ganar, solo lo consiguió Rajoy, Salir ileso del ataque furibundo, inmisericorde, a cara de perro y directo a la yugular de tres perros de presa, es todo un triunfo.

Porque eso fue lo que hicieron Sánchez, Iglesias y Rivera atacar a Rajoy para hacer ver a los ciudadanos que «muerto el perro se acabó la rabia». Es decir que, eliminar a Rajoy y convertir a España en un país de cuento de hadas, es todo una. Y lo peor es que, en un ejercicio de ingenuidad superlativa, millones de españoles se lo creen.

En la mañana del día siguiente, y con la resaca del debate todavía zumbandome como mosca cojonera, abro el buzón del correo y, mira por donde, encuentro el aviso de pago del IBI. Redondeados, 465 euros de vellón a pagar por un jubilado con pensión media.

Me cogí un cabreo de cojones, pues es todo el año y sin descanso que nos fríen a impuestos para, entre otras cosas; pagar los sueldos, dietas, coches, privilegios, sinecuras de unos políticos que; carentes de más mínima generosidad, de ideas, de determinación, de coraje, de honestidad; solo piensan en el poder y en permanecer en él el mayor tiempo posible.

Juro que, si estos perdularios de políticos no llegan a un acuerdo sensato para formar gobierno y nos llevan a otras elecciones, al menos yo, no volveré a votar en ninguna de las elecciones que se inventan a lo largo de los años. De mí no se van a reír más, mi voto no será nunca más utilizado para afianzar sus privilegios mientras se olvidan de España y los españoles.

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