Víctor Entrialgo de Castro

No podemos

No podemos
Víctor Entrialgo de Castro, abogado y escritor. PD

No podemos gobernar, no podemos trabajar, no podemos cocinar, no podemos mejorar sin reglas. Sin reglas no habría ni siquiera fútbol, o sea que España con Podemos seria un caos sin pasión, una anarquia aburrida y sin límites.

Pues héte aquí que hay millones de españoles que quieren vivir sin reglas, de urbanidad, de cortesía, de política, constitucionales, europeas.

Sin historia, porque la quieren inventar, sin pasado, sin experiencia, donde cualquier mindundi adoctrinado, sin empacho ni verguenza, incluso los bebés, se creen merecedores de la dignidad de representar a sus conciudadanos o asaltar capillas desnudas para reclamar una atención que de otro modo jamás suscitarían.

Yo puedo entender que un millón de españoles, rabiados con la corrupción o con su envidia, con ingenuidad o resentimiento voten a Podemos, sabiendo o sin saber a qué atenerse, sin importarles el dia después.

Lo que no puedo entender es que haya otros tantos millones de compatriotas que transijan con la falta de autenticidad de un líder que cambia de ideología todas las mañanas, que imposta la voz para contar mentiras como puños, que de lobo pasa a cordero los dias previos a las elecciones y vuelve a recobrar la violencia reprimida el mismo dia del escrutinio.

Que haya millones de españoles que no vean eso o que viéndolo les de igual produce una descorazonadora visión de España. O hay muchos que piensan que no hay nada que perder o hay muchos ingenuos, o todos se han puesto de acuerdo.

Los primeros cuando menos se equivocan. Claro que siempre se puede perder más! Porque cuando se pierde la esperanza, que es lo último que se pierde, todavía se puede perder la vida. No digamos la vertebración de España.

Un pasado de siglos, empezando por la ejemplar transición política reciente, no se ha tomado el trabajo de pasar para que lo neguemos, sino para que lo integremos, como los que, acabantes de llegar, dan clases de la democracia que hace sólo semanas negaban con su ideología bolivariana y hoy son socialdemócratas.

El hombre masa podemita es un hombre que no parece estar abierto a ninguna instancia superior y se cree capaz de todo. Incluso de aquello para lo que ni tiene aptitudes ni está capacitado. Para él eso, es lo de menos.

La política, además de estrategia, precisa de reglas y principios.

Sin ellos, no podemos.

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