«Ya lo decia yo». No hay frase que se repita más pasadas las elecciones. España ha reaccionado despues de parar seis meses y está en el camino de vuelta hacia el bipartidismo imperfecto del que hemos hecho un intento abortado por levantar el vuelo. Los nuevos han tocado techo.
La comprensión del otro y con ello la parcial cesión, no la claudicación, con aquellos con los que convivimos, como en el resto de facetas de la vida, aunque no estemos de acuerdo, es esencial para salvar las dificultades que plantea la variedad del ser español.
Es la otra vertiente de la necesidad de limites, esencia de la civilización, que no reconocen quienes se declaran revolucionarios y presumen de no querer saber nada con el ensayo que es el pasado, que es justamente lo que nos distingue de los animales.
Ser de izquierdas, como ser de derechas, decía Ortega, es una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser imbécil.
Se refiere serlo a la folie! Ambas en efecto son formas de la hemiplejía moral. Y el politicismo integral de todas las cosas, la absorción de todo el hombre por la política es una misma cosa con el fenómeno de la rebelión de las masas.
El hombre masa no tiene espacio para la religión, la cultura, el ocio, el conocimiento ni para otras cosas. Una sociedad que no ofrece más que una continua batalla política sin fin, vacía al hombre de soledad y dignidad y por eso es una de las técnicas utilizadas para socializarlo en el sentido peyorativo de despersonalizarlo.
Por tanto, despues de una elección que ha durado más de seis meses, con la autoridad del partido y el lider que han ganado las elecciones al frente, es hora de que empiece ya el futuro de España entre todos.
