Manuel del Rosal García

A Pablo Hasel y Vicent Belenguer Santos, dos nuevas especies de homínidos

A Pablo Hasel y Vicent Belenguer Santos, dos nuevas especies de homínidos
Manuel del Rosal García. PD

Los científicos que siempre están buscando nuevas especies, han encontrado una nueva especie de homínido. Son dos los ejemplares que han sido descubiertos y que permanecían ocultos bajo la mierda que les cubría, bajo su miseria moral, bajo su tuberculosis ética.

A los científicos les ha costado mucho trabajo encajarlos dentro de los homínidos porque, pareciendo hombres no lo son, pareciendo humanos no lo son y su cerebro está muy restringido en cuanto a circunvalaciones, células, axones, sinapsis y dendritas de forma que tan solo funciona para el odio, el rencor, el resentimiento, la venganza y el alegrarse por las desgracias de los otros que no comulgan con sus ideas – esas pocas ideas que tienen resultado de su ruin y mezquina inteligencia – Su inteligencia es tan rácana, tan escasa, tan ruin, tan mezquina que ni les alcanza para terminar el día; además es una inteligencia sucia, negra, puerca, pútrida; de muladar.

Es precisamente ese cerebro disminuido y esa escasa y maligna inteligencia lo que hace dudar a los científicos sobre el apartado en el que enmarcar a semejantes especimen, esos Hasel y Belenguer; pues aun teniendo forma humana que es lo único de humano que tienen, es imposible catalogarlos como tales. Los científicos han decidido que Hasel y Belenguer vienen por línea directa de una mutación entre hiena (me disculpen las hienas) y cerdo (me disculpen los cerdos).

En una RM los científicos han encontrado que sus pechos carecen de un corazón tal y como el de los humanos y que se parece más a un mecanismo de relojería oxidado y cubierto de pus, purulento y gangrenoso.

Visto lo visto, los científicos han concluido que de todas las especies inmundas que habitan este planeta y parte del Universo Hasel y Belenguer son las más inmundas que nunca antes habían encontrado.

Son la especie más corrupta, más viscosa, más maloliente, más asquerosa, más hedionda, más espantosa, más apestada. Hasel y Belenguer son más pútridos que el pus de las pústulas, que las inmundicias de una cloaca.

Ellos mismos – han dicho los científicos – son una cloaca, una letrina, un albañal, un muladar, una cochiquera, un conjunto de gusanos y larvas que dan forma a una malformación humana de la que solo tienen la forma. En Hasel y Belenguer se han dado cita lo peor de las hienas y de los cerdos, alcanzando cotas de asquerosidad a las que nunca han llegado ni las hienas ni los cerdos.

Otra cosa que los científicos han encontrado es el aliento que sale de las bocas de Hasel y Belenguer, un aliento demoniaco, verdoso, mareante para quien lo percibe y del que huyen incluso las ratas y las cucarachas.

Pero, aun siendo así el aliento de estos dos ejemplares deformes, lo peor son las palabras que emiten por su boca; una boca purulenta, espumeante de espuma sucia y gelatinosa.

Son palabras para hacer daño gratuitamente, para humillar, para desear lo peor a quien ha muerto y a sus familiares. Los científicos dicen no conocer otra especie más abyecta que la especie a la que pertenecen por derecho propio Hasel y Belenguer, porque ninguna especie conocida se alegra de la muerte de sus semejantes, mucho menos cuando la muerte le ha sorprendido en el ejercicio de su profesión, sea esta la que sea.

Hay que ser cerdo con un origen peor que el de los cerdos para decir lo que Hasel y Belenguer han dicho de la muerte de Victor Barrio.

Belenguer dice, en un ejercicio de indignidad, desprecio y odio hacia Victor Barrio: «Bailaremos sobre tu tumba y nos mearemos en las coronas de flores que te pongan ¡¡cabrón!!» Añadiendo que lo que siente es que sus padres a los que llama hijos de puta, no hayan muerto por la misma cornada. Hasel está dispuesto a asistir a las corridas de toros siempre que en ellas se produzca la muerte del torero.

Hasel y Belenguer son la escoria de la escoria, la gangrena de la peste, la lepra de la lepra.
Ambos serían los primeros en asistir a los circos romanos a ver plácidamente como los leones se comen a los cristianos, los que se pelearían por encontrar el mejor sitio para ver la quema de las brujas en la hoguera. Hasel y Belenguer son lo peor de lo peor, la vergüenza de la especie humana, el retorcimiento del mal por el mal, la mezcla perfecta de todo lo purulento y putrefacto.

Cuando Hasel y Belenguer mueran en su epitafio se leerá: Aquí yacen dos elementos de una especie mezcla de hiena y cerdo que apareció en el año 2016 para desgracia de la humanidad.

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