Cristóbal Valladolid

El legislador no se equivocó

El legislador no se equivocó
Cristóbal Valladolid. PD

Aún con los nuevos resultados electorales, que han aupado al PP, la cosa no está nada clara, y nadie descarta que pudiésemos ir a unas nuevas y terceras elecciones. Pero claro, unas terceras elecciones tampoco garantizarían nada, podríamos tirarnos años repitiendo con un gobierno en funciones.

Solo con que algunos, ya sea por tácticas de partido, o personales, continúen con el bloqueo, y habida cuenta que los nacionalistas y otros están con lo del referéndum independentista y por consiguiente son intratables, la cosa puede prolongarse eternamente.

Repiten los analistas y tertulianos, que la actual situación política no fue prevista por el legislador constitucional. Poco valoran pues a nuestros constituyentes, que elaboraron el texto base de nuestra democracia, precisamente en unos momentos en los que el bipartidismo no era previsible, pues había tantos partidos, que los medios se referían a sus siglas, como la «sopa de letras».

Está claro que en aquellos momentos el multipartidismo era lo previsible, y por lo tanto, a no ser que los legisladores se chupasen el dedo, que no se lo chupaban, la situación en que nos encontramos ahora era bien previsible.

Lo que pasa, es que el bipartidismo se consolidó ayudado por la LOREG y la regla d’Hont y especialmente por la disciplina de voto, de dudosa constitucionalidad, al estar el mandato imperativo expresamente prohibido en el artículo 67.2 de la CE.

Como todo el mundo sabe, con el mandato imperativo de los partidos a sus parlamentarios, de votar lo que les digan, no es la cámara, – la cual se supone representa al pueblo- quien decide, sino las personas que controlan los partidos.

De nada sirve tanto debate de investidura, tanto discurso y tanta réplica, si todo lo que se dice no sirve para nada, puesto que nadie va a convencer a nadie, el voto se ha decidido de antemano, y ya está, ya me puedes contar, que todo lo que digas solo sirve para el telediario, quien manda, manda.

Dicen algunos del PSOE, la ejecutiva, que no pueden consentir que quién obtuvo mayor número de votos, el PP, forme gobierno, porque si apoyasen esto, su electorado no lo comprendería.

Si se trata de eso, la solución es bien sencilla: den ustedes libertad de voto para la investidura a sus parlamentarios, y que cada uno vote en conciencia, ¿acaso no son ellos quienes representan a los electores?, ¿Cómo no lo iba a comprender el electorado, si se trata del voto de sus representantes, de su propio voto?. Serían ellos quienes a la postre decidirían.

No caerá esa breva, que lo entienda, o no, el electorado es lo que menos les importa, aquí lo que se defiende es la situación personal de cada uno: el ser presidente, o no ser nada. España, el electorado, el partido, todo eso, es secundario, por ese orden.

No es broma

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