Así, de entrada, le ha faltado tiempo a Francesc Homs, líder del partido independentista catalán Convergencia, (o como quiera que se llame o se vaya a llamar esta formación secesionista), para una vez terminadas las reuniones que Mariano Rajoy ha mantenido con el resto de representantes políticos y conocido el resultado de las mismas, ofrecer la idea a Pedro Sánchez de que si fracasa la investidura de Mariano Rajoy no dude en explorar una alternativa apoyándose, claro está, en Podemos (que mantiene su fascinación por la celebración de referéndums de autodeterminación) y en los partidos independentistas como la propia Convergencia, Ezquerra Republicana de Catalunya, Bildu e incluso el escaño nacionalista de Coalición Canaria, siempre dispuesto a situarse a la sombre del árbol del que pueda cosechar más fruto. Ya le dijo «sí» en su momento a Pedro Sánchez y ahora prácticamente le ha dicho también «sí» a Mariano Rajoy, claro está, bajo determinadas exigencias.
Pero volviendo al autor de la propuesta, Francesc Homs, a él efectivamente le salen las cuentas. Ni siquiera hace falta que cuenten con los cinco escaños, por moderados, del PNV. Sumando los escaños de todos los partidos citados (85+71+9+8+2+1) le sale la mágica cifra de 176: mayoría absoluta para investir presidente a Pedro Sánchez con la aquiescencia, ahora sí, sin exigencias extravagantes de Podemos (que a su vez también ha invitado a Pedro Sánchez a explorar esta vía), y el resto de partidos independentistas que ven en este rio revuelto ganancia de pescadores.
Los cebos ya los está dejando caer. Lo primero que ha dado a entender es que la celebración del referéndum sobre la independencia no sería una línea roja para apoyarle, que Pedro Sánchez acepte la creación de una comisión en el Congreso para estudiar la consulta, que comparte con la izquierda la ambición de facilitar el cambio político en España…, es decir, que conocedor de las bridas por las que el secretario general del PSOE está sujeto, espera que este se vuelva hacia su comité federal para explicarles las «bondades» de unos secesionistas con los que habría que contar.
Muchas son las caras del poliedro obtenido por las distintas declaraciones tras las conversaciones de Rajoy con todos los grupos políticos en cuanto a las intenciones de abstención o voto en contra de su investidura, que si en primera o segunda sesión, etc., pero a mi me ha llamado sobremanera la atención el oportunismo y la rapidez con que los independentistas catalanes, al comprobar que su desafío va perdiendo fuelle, se apuntan a rebajar sus pretensiones apoyando a un gobierno al que saben que pueden manejar más a su antojo, no obstante, ya tienen experiencia por el «cordón sanitario» aplicado en otras ocasiones.
La voracidad y la desfachatez de estas propuestas son inauditas, por lo que ahora tienen de oportunistas, pero nada como cortar las alas a estos pajarracos con una sentencia tras otra del Tribunal Constitucional contra la pretensión de crear un nuevo estado, o el abrir causas por el Tribunal Supremo atribuyendo al propio Homs indicios de prevaricación, desobediencia y malversación, todo ello relacionado con la «consulta de las urnas de cartón» del 9N.
Pero él insistirá a ver si el «abracadabra» de la foto cuela.
