Fermín Bocos

Un golpe muy sospechoso

Un golpe muy sospechoso
Fermín Bocos. PD

A medida que pasan las horas y desde Turquía recibimos noticias de detenciones masivas de militares, magistrados, funcionarios de la Administración y policías, crecen las sospechas acerca de la verdadera naturaleza del fallido golpe de Estado esgrimido por el presidente Recip Tayip Erdogan como razón primera -o coartada- para justificar tan insólita purga.

La asonada tuvo lugar el viernes por la noche y en menos de cuarenta y ocho horas han sido detenidas más de 7.500 personas. 6.038 militares; entre ellos 103 entre generales y almirantes; 755 magistrados y fiscales, varios miembros del Tribunal Supremo; una treintena de gobernadores civiles; 100 policías; 650 civiles y 8.777 agentes y funcionarios del Ministerio del Interior han sido despedidos.

La propia lógica de los hechos indica que en tan poco tiempo es materialmente imposible confeccionar una lista de tantos implicados o cómplices del intento del golpe de Estado.

Tal parece como si esa lista de presuntos golpistas estuviera confeccionada con anterioridad al putsch. Una intentona golpista, por cierto, que desde el punto de vista táctico se va revelando chapucera a la vista de la distribución de los efectivos y vehículos salidos de los cuarteles y la posterior y confusa hoja de ruta seguida por los sublevados.

Que Erdogan, de vacaciones en Bodrum, la histórica Halicarnaso, pudiera moverse con tanta facilidad, arriesgándose a subir a un avión para viajar a Estambul cuando en puridad no podía saber si los golpistas contaban con cómplices en el Ejército del Aire -que podían haber interceptado el vuelo-, añade dudas a las sospechas expresadas con anterioridad. Sobre todo tras conocerse que también ha sido arrestado( y golpeado )un ex comandante general de las Fuerzas Aéreas ( Akin Öztürk) que está acusado de ser uno de los cerebros del golpe.

Que los partidarios civiles de Erdogan pudieran llegar sin trabas hasta el aeropuerto Kemal Ataturk reafirma las sombras que envuelven este episodio inquietante en la Historia de un país clave de la OTAN y en la guerra contra los terroristas del Estado islámico.

Que Erdogan, antes de iniciarse una mínima investigación, señalara al clérigo Fethullah Gülen (exiliado en los EE.UU.) como instigador del golpe llama mucho la atención y, en definitiva, empuja a no descartar que quien está dando el golpe (contra la Turquía laica del legado de Ataturk, el fundador de la República) podría ser el propio Erdogan.

Un personaje autoritario que no oculta su proyecto de convertir a Turquía en un régimen presidencialista de corte islamista.

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