Manuel del Rosal García

Pasaron su mirada del cerdo al hombre… pero ya era imposinble distinguir quién era uno y quién era otro

Pasaron su mirada del cerdo al hombre... pero ya era imposinble distinguir quién era uno y quién era otro
Manuel del Rosal García. PD

PORCÓPOLIS es una palabra acuñada por el Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias en su novela «El papa verde», para designar una ciudad dominada por la corrupción política y militar y por los poderosos

«(…) algunos animales se molestaron al saber que los cerdos, no solamente comían en la cocina y usaban la sala como lugar de recreo, sino que también dormían en las camas» «Las raciones fueron nuevamente reducidas para economizar petróleo. Pero los cerdos parecían estar bastante a gusto y, en realidad, aumentaban de peso» George Orwell en su libro «Rebelión en la granja» 1945

El día cae a plomo. Un sol de justicia azota inmisericorde a la ciudad y a las gentes que, con los ojos algodonosos, los huesos molidos y ensopados en su propio sudor, deambulan por ella desmigajándose por el intenso calor. Son las gentes del común.

Trabajadores y trabajadoras por un sueldo escaso, acosados por la precariedad y por la incertidumbre de un futuro incierto. Son los que difícilmente se pueden permitir un reposo en su vida cotidiana, en sus trabajos. Caminan al borde del agotamiento provocado por el calor de justicia y por los problemas derivados de su situación precaria e incierta que les muele el cerebro día a día.

¿Vacaciones para mitigar el cansancio físico y psicológico? Está usted de coña, quiere burlarse de la mayoría de los ciudadanos. ¡Imposibles las vacaciones para quienes tienen como prioridad salvar el día y rogar que el próximo día les ofrezca mejores oportunidades!

¿Pero es que nadie tiene vacaciones en esta ciudad? ¡Oh sí! Unos seres privilegiados, no solo tienen vacaciones pagadas, sino que las tienen sin haber trabajado durante 7 meses. Llevan 7 meses sin trabajar a excepción de los que forman el gobierno, que si trabajan a pesar de estar en funciones. A pesar de llevar 7 meses herniándose por estar sentados en el hemiciclo, no le quepa la menor duda, disfrutarán de vacaciones.

Son seres privilegiados, insolidarios y egoístas algunos de los cuales carecen de escrúpulos. Son nuestros políticos. Se van a ir de vacaciones pagadas sin haber trabajado desde diciembre de 2015, pagadas con los presupuestos del Estado a los que contribuyen las gentes que, trabajando 10 horas diarias, pagan sus impuestos aplicados a sus entecas y magras nóminas en nada comparables a las nóminas de nuestros políticos que las cobran sin trabajar y, además, las adoban con dietas por «asistir al trabajo».

El calor cae a plomo sobre el Congreso de los diputados, los cuales, cómodamente alejados de las sofocantes y reverberantes calles, están sentados en sus escaños mano sobre mano porque llevan 7 meses anteponiendo sus intereses a los intereses de España y los españoles los cuales les importan una mierda. Siete meses sin trabajar y cobrando y lo que – parece ser – te rondaré morena. Deberían sentir vergüenza, pero para sentir vergüenza, primero hay que tenerla.

El sol comienza a ocultarse tras el horizonte quebrado por los altos edificios de esa ciudad donde viven los privilegiados políticos y sobreviven los ciudadanos comunes. Es una ciudad sin alma, injusta, insolidaria y cubierta de la basura que todos los días esparcen los que la hacen así. Es una ciudad que ha levantado un muro entre los que se supone que la gobiernan y los que son gobernados, un muro en el que el lado correspondiente a los privilegiados está cubierto de oro y el lado correspondiente a los ciudadanos corrientes es de plomo.

Pero ¿Cuál es esa ciudad? ¿Dónde está ubicada? ¿Qué nombre recibe? Esa ciudad es cualquier ciudad del mundo moderno, está ubicada en cualquier lugar del mundo llamado de progreso y su nombre es: PORCÓPOLIS.

(1) «Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro» Rebelión en la Granja, 1945 (Orwell)

Manuel del Rosal

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