«Vivir correctamente ya no es una demanda ética o religiosa. Por primera vez en la historia, la supervivencia física de la especie humana depende de un cambio radical del corazón humano»
Eric Fromm, psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista de origen judeoaleman
«Todos los días se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?»
Che Guevara
Kevin Carter realizó una foto en el año 1993. Esa foto en la que aparece un desnutrido niño negro agachado sobre sí mismo mientras un buitre lo contempla como esperando a que muera, obtuvo el premio Pulitzer de fotografía. Yo me pregunté en ese momento y me pregunto por qué le concedieron el premio.
En 2012 Rebekah Brooks, ex consejera delegada del grupo News International compareció ante un tribunal de Londres por las escuchas telefónicas realizadas entre octubre de 2001 y agosto de 2006. Las escuchas afectaron a 600 víctimas de toda clase y condición incluso a la familia de la niña asesinada Milly Dowler en 2002. Y todo ¿para qué? Para vender más y más números del tabloide News of the World.
La reportera húngara Petra Laszlo en septiembre de 2015 fue noticia internacional por haber pateado a los inmigrantes sirios que cruzaban la frontera entre Serbia y Hungría. No contenta con hacer el reportaje pensó que, para hacerlo más atractivo y darle más notoriedad, unas patadas a los inmigrantes no vendrían mal.
Acaba de suceder. Una reportera de la cadena TVO en San Miguel (El Salvador) se presenta en el lugar de un atropello y se arrodilla ante el hombre moribundo que ha sido atropellado por un camión. Como si de una entrevista sobre moda se tratara, la reportera; haciendo gala de una insensibilidad brutal, pregunta al hombre mientras este se debate entre la vida y la muerte. Ni siquiera se le ocurrió hacer una llamada urgente de auxilio. Poco después el hombre murió en el hospital.
¿Se puede aplicar a estas tres mujeres la frase del Che Guevara? Yo creo que sí, pero añadiendo que no se arreglan el corazón porque carecen de él.
En cuanto a Kevin Carter, su fotografía levantó toneladas de opiniones controvertidas. Lo cierto es que Kevin, pasó alrededor de 30 minutos buscando el mejor enfoque para su foto. Una vez encontrado, disparó la cámara y se marchó, sin ocurrírsele ni siquiera acercarse al pobre niño. Poco después Kevin se suicidó.
Yo me pregunto si existe un código ético del periodista cualquiera que sea su especialidad. Si existe se lo están saltando todos los días, si no existe debería existir. Ryszard Kapuscinski decía: «Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante». También dijo: «El trabajo de los periodistas no consiste en pisar a las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea como las cucarachas corren a esconderse» En los casos mencionados, lo que los periodistas señalados y otros semejantes han pisado no son las cucarachas, sino las víctimas.
¿Merece la pena arrastrarse por el fango de la indignidad, perder los mínimos restos de respeto hacia los demás que le queden a uno, bucear en las alcantarillas de la desgracia humana, usar y utilizar a las personas para beneficiarse con sus miserias, sus accidentes, sus malos momentos por obtener un premio, ascender en el escalafón o «hacer el reportaje de mi vida»? Parece ser que, para algunos periodistas, sí. Esos periodistas, desde mi punto de vista; en el camino recorrido hasta alcanzar el reconocimiento o el mayor número de ejemplares vendidos o el porcentaje de share que desbanca a los demás; se han dejado la dignidad, el respeto a los demás y el corazón, en el supuesto de que alguna vez tuvieran dentro de su pecho un corazón y no una máquina calculadora de los beneficios que obtendrían con sus escritos, reportajes, fotos etc.
Pero, no nos engañemos, la sociedad tiene también su parte de culpa en la forma en que estos periodistas hacen periodismo. ¿Qué es lo que la sociedad busca cada vez que se asoma a la noticia periodística? Busca los vicios secretos, las pasiones ilícitas, las conductas deshonestas, escándalos, extravagancias, intrigas, traiciones, corrupción, venalidad. Busca todo lo sucio y pasa sin ver todo lo limpio. Para comprobar esto, basta comprobar que noticias son las más leídas o que programas televisivos son los más vistos.
«La sociedad es un organismo podrido que se conserva bajo el hielo de la hipocresía» dijo una vez el escritor y dramaturgo español Enrique Jardiel Poncela. Va a ser que sí, que la sociedad – entremos todos y salga el que pueda – en su hipocresía, se escandaliza de lo que, sin embargo, más le place.